desobediencia es
palabra triste
a soldado de amor.
Pero yo
no acataré a mi señor,
que me oprime,
no acataré los designios de amor
que niega mi señor,
no acataré su desdén,
su capricho,
no acataré su fuerza,
seré su enemigo,
seré su traidor,
seré el último de la fila de sus
soldados,
soldado ciego, soldado raso,
seré el que sabré más de su mal,
sus secretos,
y abandonaré su cerco,
abandonaré las filas de amor
de mi señor,
y cantaré libre, escondido en graneros,
silbaré libre
cuando me encuentre lejos,
desnudo, solo y libre
de la persecución de amor,
mi señor.
vine aquí a luchar por amor
y ahora lloro.
En la falda del monte,
bajo la noche clara,
oculto entre los árboles,
lloro de pena.
Mi casa
ha sufrido abandono,
mi uniforme está herido,
mi corazón estalla.
¿Qué dirán mis compañeros?,
¿qué dirán del fugitivo?
Del cobarde que huye,
del espanto y dolor
de la muerte a manos
de amor mi señor.
orden de amor me dio
el que delante va,
y no miró.
Tanto su cabellera amé,
tanto escuché su voz
y no le pude ver.
Su cara me ocultó,
tirano fue
y no me persuadió.
nada me diste, avaro,
que yo no ganara a pulso.
¿Hiciste tú verdes los prados?
no fue humano tu amor,
no fue de hombre tu mano,
tus ojos no fueron de hombre,
no fue tu nombre de hermano.
No fue ni amigo ni padre
ni guía ni redentor,
no fue ni siquiera un dios,
y sin medida fue amado.
¿Qué me diste? ¿Qué te di,
que nunca te viste saciado,
campo que todo lo bebes,
fuente que todo lo secas?
Amor que todo lo pides
y nada das que no sea
a cuenta de usura, alegre
fuente que todo lo secas.