Las cosas como fueron. Poesía completa (1974-2003)

los amigos

 

     PARA que lo leáis

ahora, mas, sobre todo, porque os valga

de consuelo tal vez cuando la vida,

pasada ya la juventud,

menos hermosa sea y vuestros ojos miren

hacia atrás con nostalgia,

dejo aquí, en breve apunte, el buen recuerdo

de esa mañana de verano en Roma:

la súbita tormenta que mientras paseábamos

nos sorprendió en el Foro;

las palabras alegres y las risas

bajo aquel cobertizo en que hallamos refugio;

la jubilosa lluvia resbalando

sobre las viejas piedras.

Y, al poco, el sol radiante que de nuevo reinaba

en la ciudad y en nuestras ilusiones.

 

 

 

las golondrinas

 

     ABRIL, con cuánta alegría

van y vienen por tu cielo

las golondrinas.

 

     Vienen y van, van y vienen,

mas lo que en el cielo escriben

nadie lo entiende.

 

     Quién entendiera

semejante misterio:

la primavera.

 

 

 

el romanticismo

 

     HOY me llegó tu carta. En ella veo

muchas palabras tristes

y una luz recordada, un fuego fatuo

que da dolor al corazón y quiere

ayudarlo a latir al mismo tiempo.

¿Por qué, dime, por qué no se detuvo

el curso de las horas? ¿Es posible

que nada, nada quede de aquel sueño

juvenil, de la efímera ilusión

de ser del todo libres

bajo un cielo benigno que con su luz de oro

ungía nuestras vidas y nos daba

sus misteriosos dones?

Tal vez somos distintos, mas no cambian

los deseos —tan vanos— de regresar a ese

reino lleno de música y prodigios,

isla de la verdad, tiempo de gracia,

en que la plenitud vino a posarse

fugazmente en el árbol desvalido

de nuestra dicha.

Ahora,

al leer tus palabras, he sabido

que no podré vivir de nuevo horas tan llenas

de todo lo que importa, que jamás

florecerán las lilas como entonces

ni existirá ocasión

de ser de nuevo jóvenes y dueños

de toda la alegría.

Consuela, sin embargo,

la certeza de haber estado vivos

alguna vez, pues mucho, mucho vale

en los días sin luz la fiel memoria

de aquella primavera en que agotamos,

como inocentes cómplices,

los momentos postreros y más dulces

de nuestra juventud.

No te deseo

ventura semejante, porque sé

que ya no la tendrás (la vida suele

negarse a que dos veces en un alma

arda idéntico fuego). Mas quisiera

desearte la paz que los piadosos dioses

dan, cuando a bien lo tienen, a quienes los sirvieron.

 

 

 

las palabras

 

     SÓLO palabras tienes, y con ellas

has de decir el mundo, la infinita

variedad de las cosas.

Necesita

el azar tu destino, y las estrellas,

tu amor para cumplirse.

 

En las más bellas

horas de plenitud, en esa cita

mágica en la que el cielo precipita

sobre un papel sus signos, las querellas

de la voz y el silencio se deshacen.

 

     Y un mar ya en calma lleva hasta la orilla

la música escuchada, o su eco vivo.

En la arena las aguas se complacen,

se muestra el ser y para siempre brilla

en tu verso un momento fugitivo.

 

 

 

infancia

 

     VA el niño por el campo.

Se detiene debajo de un almendro.

Oye cantar. Descubre entre las ramas

un nido de jilgueros.

 

 
 
nel mezzo del cammin

 

     EN medio del camino, hoy, viernes, día

veinticuatro de junio, justo cuando

muy a pesar de mí cumple mi vida

su trigésimo quinto aniversario

y un cálculo optimista

me hace pensar que acaso

de la suma de años que prevista

tienen las Parcas para mí y el Hado

tan sólo la mitad —a la deriva,

casi sin darme cuenta— he malgastado

y otra mitad, la menos divertida,

queda para hacer algo,

escribí estas palabras mientras iba

lentamente la tarde declinando.