Paralajes

CAVERNA DEL ARCO IRIS

 

 

¿Oyes esa música

que cruza como luz la oscuridad

mientras la oscuridad gira

y yo con ella?

¡Con qué fuerza

se abre paso

y llega incluso

a mi lugar más remoto

cercado también de sombras!

Pero el latido

que brota allí

nadie lo oye.

Nadie, como yo, sabe

que existo

y creceré

y amaré

como aman estos brazos

que me sostienen

porque no sé andar aún...

Pero escucha, escucha:

todos los árboles se mecen

en la música.

Y en mi interior

donde un secreto sol

me hace adivinar

el sol secreto

de la oscuridad.


 

 

 

 

 

 

 

 

Y estoy de pronto en el campo de alysum,

en el fondo abisal de mis días,

en el antes,

como si fuera antes incluso

de subir las anchas escaleras solitarias,

llenas de hierbas,

antes de que los cauces de la mente se esbozaran,

en el punto sin sombra,

donde no existen todavía ausencia ni recuerdo,

en la pura sorpresa,

en el blanco balbuceo de las flores

que dibujan la temblorosa aparición primera,

ebria de anhelo.

Y todo en derredor se desvanece

menos ese anhelo que queda en el aire

y en mi pecho.

 

 

 

La serpiente era verde.

La vi cuan larga era

—ella y yo, de pronto, en el jardín—.

Todo en mí se detuvo.

¡Qué hostil era la tierra!

¡Qué temerosa la verde hojarasca!

¡Qué denso el aire verde que me acristalaba!

Mi sangre verde

destellaba pánico y asombro

y me llenaba de aquel conocimiento...

La serpiente era parda, dice mamá

que me seguía.

Yo digo que era verde, verde esmeralda.

Tal vez en mí

era ya una serpiente dibujada.

 

 

 

Pinos junto al mar

y el aire sin límites

y la luz de la tarde

entre los troncos.

Así es la oración:

que la luz y los pinos y el mar

entren dentro de ti.

Eso es todo.

No hay lobos.

No hay corderos.

َlo un camino

y unas matas de retama.

 

 

 

Mowgli y yo en el patín

mientras el sol

se desliza por las olas

esparciendo

sus huellas de alegría.

Y la alegría

de los pies en el agua.

Nada más.

Los mayores en la playa,

nosotros en el mar,

y aunque no nos alejamos

estamos tan lejos

que nadie sabe

dónde estamos.