Llevo algunos años ejerciendo de
profesor de inglés sin licencia dando un curso llamado «Temas biológicos en la
literatura» en el Departamento de Lengua Inglesa de la Universidad George
Mason. Como parece que el curso despierta interés, quizá sea apropiado discutir
este enfoque con más detalle. Debo advertir que hay un plan oculto: enseñar
biología a estudiantes de filología inglesa que de otro modo rechazarían la
ciencia y enseñar literatura a estudiantes de biología con tendencia a rehuir
las humanidades.
La clase comienza con una serie de
poemas de D.H. Lawrence sobre la conducta de apareamiento de elefantes,
ballenas, tortugas y peces. Esto es antropomorfismo en grado sumo, en el que Lawrence
proyecta su mente y falo en el reino animal. Pero cuando llega a un pez que se
aparea «sin un roce», Lawrence no siente empatía alguna y concluye que «su Dios
está fuera de mi Dios». La poderosa poesía de Lawrence y el tema del
apareamiento sugieren a los estudiantes que el asunto puede dar de sí.
El siguiente texto es Frankenstein,
de Mary Shelley. Escrito a principios del xix,
dos décadas antes del advenimiento de la teoría celular, esta profunda novela plantea
cuestiones capitales sobre la definición de vida, la responsabilidad social del
científico y la respuesta social a una criatura cuyo «pecado original» es la
fealdad. Obra de una joven de diecinueve años en una época de pocas mujeres
escritoras, Frankenstein estimula una discusión a menudo apasionada
sobre la vida y las perspectivas de los escritores y sobre las
responsabilidades sociales de los científicos. Si todo va bien, estos temas
siguen desarrollándose durante el resto del curso.
El Walden, de Henry David
Thoreau, ofrece diversas lecturas, entre las que se incluye un repaso de la
biología de la charca de Walden y el hábitat circundante. Como obra de historia
natural, el libro tiene mucho que decir sobre la flora y la fauna del área de
Walden y la limnología de la charca y los lagos de los alrededores. También
trata temas medioambientales y los efectos de la revolución industrial en la
sociedad norteamericana. Walden, un documento sencillo pero
profundamente filosófico, nos exhorta a considerar quiénes somos, de dónde
venimos y adónde vamos. Thoreau ataca el materialismo de su época, así que su
mensaje se aplica de manera aún más apremiante al materialismo aumentado de
hoy.
Moby Dick es una de las más
grandes novelas norteamericanas. Al tratar de ballenas y balleneros, la obra
debe internarse en la anatomía y fisiología de los cetáceos, pero Herman
Melville va mucho más allá de lo indispensable y profundiza en la anatomía,
etología y ecología de estos animales. Puesto que el curso abarca mucho y el
semestre es corto, no leemos la novela entera. Se incluye el capítulo
«Cetología», en el que Melville construye su propia taxonomía de los cetáceos,
otros capítulos sobre la representación de las ballenas, un capítulo titulado
«El pulpo» donde el autor habla del decápodo gigante (o kraken) del que se
alimentan los cachalotes, las ballenas como alimento y las diferencias entre
misticetos y odontocetos, y un capítulo sobre cetáceos fósiles. La erudición
biológica de Melville era impresionante y la inclusión de este material ayuda
al desarrollo de la novela. Una cuestión principal que se discute en el curso
es por qué el novelista incluye tantos detalles biológicos.
La siguiente obra del programa es Inherit
the Wind, la dramatización del juicio de Scopes por Jerome Lawrence y
Robert E. Lee.* El protagonista de la obra es Bertram
Cates (John Scopes), acusado del delito de enseñar evolución en Tennessee, en
contra de la ley de dicho estado. Puesto que el juicio atrae la atención
nacional, se delega la acusación en Matthew Harrison Brady (William Jennings
Bryan) y Henry Drummond (Clarence Darrow) acude a Tennessee para ejercer la
defensa. La obra trata de evolución y creación, iglesia y estado, ciencia y
religión, y otros temas que siguen teniendo resonancia en la sociedad
norteamericana. A través del personaje de Drummond, la obra muestra comprensión
hacia los variados razonamientos y las violentas emociones que suscitan estos
temas aún actuales.
Un detalle interesante en Inherit
the Wind es que nadie en el pueblo ha leído El origen de las especies
de Darwin, el libro «herético» que está en el centro del juicio. También hoy
este texto permanece en los anaqueles, a menudo citado pero casi nunca leído.
Para remediar este extremo, la clase lee los tres primeros capítulos del Origen.
Este volumen, que ha tenido una importancia abrumadora en la historia
intelectual de Occidente, es el único libro auténticamente científico del
programa.
Un mundo feliz, de Aldous
Huxley, es una novela del género antiutópico de mediados del siglo xx. Unos cuantos escritores
imaginativos miraron al futuro para ver adónde nos llevaba el mundo. Como la
mayoría de las obras proféticas sobrevivientes, son novelas pesimistas. Sin
embargo, la razón de ser de esta variada literatura es alertar al mundo y
animar a la gente a cambiar de actitudes. La relación con la biología en esta
novela es clara. En el mundo que retrata, el proceso morfogenético se ha
desplazado por completo del útero a una botella. El clonaje, el
condicionamiento prenatal y el adiestramiento infantil producen una rígida
jerarquía de individuos a quienes les encanta su falta de libertad. El dolor
existencial queda oscurecido por el soma, una droga, y la muerte se reduce al
reciclado del fósforo. El consumismo es una meta social y se fomenta la
promiscuidad.
* De la cual Stanley Kramer dirigió una
película en 1960 con el mismo título original, y estrenada en España con el
título de La herencia del viento. (N. del T.)