Hilos

UNO

 

Uno.

Porque hay más.

Más están fuera.

Fuera de la habitación.

Fuera de las demás habitaciones.

Fuera de la casa.

La casa es demasiado grande.

Se extienden cuando duermo.

Porque también hay muchas.

Últimamente están deterioradas.

Húmedas. Ciegas.

Depende de los días.

Depende de las nubes.

También de las imágenes.

Sobre todo, depende de los hilos.

 

Partir es dar pasos fuera.

Fuera de la habitación.

De la mente, no:

no hay. Hay hilo.

Partir es dar pasos

fuera de la habitación con el hilo.

El mismo hilo.

 

A veces se rompe

el hilo. Porque es endeble,

o porque la otra habitación

está oscura. Sin

querer, tiramos de él y se rompe.

Entonces queda el silencio.

 

Pero no hay silencio.

No mientras se dice.

No lo hay. Hay hilo,

otro hilo.

La palabra silencio dentro.

Dentro de uno –¿uno?

 

 

HILOS

 

Permanece –¿permanecer?– la carne

herida. Hay cicatriz.

 

Y la mente –¿la mente?– herida.

¿Herida? No, no hay herida. Si

la hubiese habría sangre. Hay

cicatriz. Tampoco.

Si hubiese cicatriz, sería

evidente. No siempre se ven, dicen.

Ciertas palabras se utilizan

en vez de otras, dicen. Cuando

no hay palabras suficientes.

Mejor cuando no hay

cosa.

 

La mente acusa sentimientos:

segrega. Hila. La mente, no. No hay.

Sólo hay hilo. Saliva.

 

La boca seca. No hay saliva. ¿No

la hay? Un hilo forma imagen. La

imagen de un cuerpo. Blanco. Como

todos los que han muerto. No lo he

visto. He visto otros. A ése, no. Pero

forma imagen. El hilo. Algo segrega.

 

Hambre. Algo dice

hambre. La sacia. ¿Frío?

Algo recuerda la palabra

frío. No la siente. La obvia.

 

Habrá que levantarse. Aunque sin

saber para qué. Sin saber

tampoco para qué el para qué.

Levantarse y dar vueltas en esta

habitación. O también, cambiar de ha-

bitación. Pero no. Más seguro es

quedarse aquí, tecleando. Un teclado

es algo conocido. Tienen un

sonido peculiar, las teclas,

cuando se las pulsa.

Quedar en lo reconocible.

–¿Quedar?– Permanecer. Ya dije

permanecer. Ya pregunté.

Quedar es permanecer

por menos tiempo.

Siempre se puede partir.

Partir es dar pasos fuera.

Fuera de la habitación.

De la mente, no. –¿Mente?–

Ya pregunté. Y no hay. Hay hilo.

Partir es dar pasos

fuera de la habitación

con el hilo. El mismo hilo.

La palabra silencio dentro.

Dentro de uno –¿uno?

 

 

SIN

 

Llegar a otro. Sin

 

otro. Sin llegar a.

 

No apretar los dientes.

 

Soltar la presa. Sin.