Camacho (Trino), José Trinidad |
SINOPSIS
Sospecho
que el arte de Jis y Trino aún espera catalogación, que si hasta ahora cabe en
la familia de la historieta, es por salir del aprieto con un cómodo formulismo.
El Santos y su cohorte de esperpentos viven en el subsuelo de los monitos, pero
más parecen ejemplos de una anómala antropología, pioneros de una gimnástica
mental, proliferante en la realidad mexicana, que Jis y Trino detectan con
eficacia y a la que aportan un adecuado costumbrismo.
Fabricado
de prolijo caos, de fresca vulgaridad, de tenacidad expresiva, la canallez y la
irreverencia del universo Santos logran un inventario cabal del
<<desmadre>>, es ultima ratio
de nuestra idiosincrasia, esa mezcla de tara y de tarea, de accidente y empeño,
en la que los mexicanos solemos hospedar (y aumentar) nuestro desconcierto. Jis
y Trino desbordan ese objetivo, al que tantos poetas y filósofos se han
acercado, y lo sublevan por la puerta trasera del humor. Su trabajo es esencial
desmadre, pero a la vez crítica del desmadre. Un desmadre despojado de
cualquier óptica reivindicativa que se ejerce desde una imaginación frenética,
con una inaudita vulgaridad que ostenta las garantías del género: la
incorrección política, una moralidad de bravata, el desdén a la pedagogía, el
gusto de romper límites, la impunidad del capricho, operan dentro de una
libertad sin cotas, mezcla de horror pueril, ingenio callejero, celebración de
la sobrevivencia, empeñosa cerdez. El resultado es una rara contrahechura, pero
también la radiografía de esa condición definitoria —causa y efecto; objeto y
praxis—, que para abreviar llamamos <<el relajo>>: zona de
conductas e impulsos inabarcables e impredecibles, abundante en modos de ser,
de sentir, de actuar que —gracias al benemérito Santos— podemos entender, temer
y celebrar mejor.
Guillermo Sheridan
Nació en Guadalajara, Jalisco, el 20
de agosto de 1961. Cursó todos sus estudios con jesuitas, de la primaria a la
licenciatura en Ciencias de la Comunicación (Colegio Unión, Instituto de
Ciencias, ITESO). Aunque su primer cartón de humor publicado a nivel nacional
apareció en el diario Unomásuno, en
realidad se dio a conocer a través de “La croqueta-Humor perro”, una columna de
humor semanal que publicaba en La Jornada,
junto a Jis y Falcón. Más tarde, en colaboración con Jis, inventó las tiras
cómicas “El Santos contra la Tetona Mendoza” y “La chora interminable”, que se
publicaron en La Jornada durante
varios años.