En una piel de león

En esta novela levantisca y anárquica como su protagonista, una especie de francotirador revolucionario cuya profunda penetración psicológica y sensibilidad le permiten alternar entre la alta sociedad y la subcultura de las clases postergadas, Michael Ondaatje recrea un mundo laboral en el que circulan personajes entrañables donde no faltan los pícaros, los seres angelicales ni los simples buscavidas.

 En los años veinte, Patrick Lewis abandona su terruño rural de Canadá, donde su padre es dinamitero en los bosques, y se traslada a Toronto, iniciando una nueva vida entre los trabajadores inmigrantes, quienes han convertido la ciudad en un auténtica babel lingüística donde todos se entienden. Muchos años después, en el trayecto de Toronto a Marmora, durante las cuatro horas que preceden al amanecer, Lewis relata los vaivenes de un pasado que es siempre presente, a la hija adolescente de quien fuera su gran amor, mientras va al encuentro de Clara, la mujer de quien ahora está enamorado. Así, va cimentando una sólida estructura vital donde todo se construye : puentes, fábricas, proyectos, cultura, amor, lenguajes y comunidad, y muestra a su joven acompañante cómo se va edificando la vida con esfuerzos, pesares, sinsabores y desesperación, pero también con armonía y esperanza… con el corazón y la piel de un león. Los oportunos matices de sabores, olores, sensaciones táctiles, imágenes y palabras, ponen en estado de alerta a todos nuestros sentidos, provocando una miríada de sensaciones que envuelven la lectura en una descarga de vitalidad. Cierto romanticismo, no del todo escéptico aunque sí realista, subyace en la prosa sensual del Ondaatje lírico, que cierra su novela con un horizonte de amor y una singular suerte de justicia poética. En síntesis, una obra imaginativa, explosiva y por momentos una compleja combinación de historia y erudición popular, pasión y poesía.