Péret, Benjamin |
SINOPSIS
Benjamin Péret es uno de los autores más importantes del movimiento surrealista francés y también el más desconocido del público español. Como buen surrealista, entendió la creación no sólo como acto intelectual, sino también como acto vital. Surrealista y libertario, desarrolló pues una doble actividad : poeta, ensayista, narrador por un lado, y hombre de acción por otro ; y todos a la vez.
Su obra, muy extensa, fue publicada por el editor francés Eric Losfeld de quien fue colega de lucha y amigo. Mueran los cabrones y los campos del honor, escrita en el invierno de 1922-1923, es un ejemplo perfecto de narración —¿de novela ?— surrealista, «automática». El sentido del humor, las situaciones e imágenes oníricas, la erradicación de cualquier dogma tanto formal como conceptual dan vida a personajes delirantes para lo cuales todo es posible. Y, cuando todo es posible, como lo es todo en el mundo del inconsciente, la ficción pasa a ser realidad y la utopía, un hecho consumado.
Esta es la fuerza del surrealismo y de la escritura automática (y, en este caso, de esta obra) : invertir el orden establecido, subvertir las leyes del pensamiento, desterrar la razón, el conocimiento adquirido, dejar libre curso al acto creativo espontáneo.
Benjamin Péret nació en una pequeña ciudad del Loire Atlantique, Rezé, en 1899 y falleció en París en 1959, tras una vida muy agitada. Desde muy joven se adhirió al movimiento surrealista, en el que se mantuvo junto con André Breton hasta el final en la más surrealista de las intransigencias. Su obra de narrador, poeta y ensayista habría dado lugar a cuatro tomos (finalmente sólo salieron a la luz dos), de haber seguido con vida Eric Losfeld, amigo personal de Péret y legendario editor de los surrealistas en su no menos mítica editorial Le Terrain vague. De ese inagotable caudal destacamos en particular Le passeger du trasatlantique (1921), 152 proverbes mis au goût du jour (1925), en colaboración con Paul Eluard, IL était une boulangère (1925), uno de los mejores ensayos sobre la llamada escritura automática, y Mueran los cabrones y los campos del honor (Marginales 48, Tusquets Editores, 1976). Al declararse la guerra civil española se alistó inmediatamente en las Brigadas Internacionales y combatió en España hasta 1939, cuando, al estallar la segunda guerra mundial, pasó al ejército francés. Encarcelado por actividades subversivas, consiguió escapar en el momento del éxodo y en 1941 llegó a México, donde intentó fundar un nuevo núcleo surrealista y desde donde vilipendió a los poetas franceses que se habían quedado en Francia y que escribían textos políticos de resistencia. En este sentido, su ensayo más significativo es Le déshonneur des pòetes.