La obra de María
Victoria Atencia nos habla de un mundo poético inconfundible, de escenas
breves e instantes detenidos, en poemas de una delicada musicalidad interna.
Todo ese mundo, labrado a lo largo de una larga trayectoria literaria, culmina
en Las
contemplaciones, cuyo título bien pudiera cifrar su manera, serena y
sosegada, de entender la poesía y ofrecérsela al lector.
«La perfección, sin historia, sin angustia, sin sombra de duda, es el ámbito —no ya el signo, sino el ámbito— de toda la poesía que yo conozco de María Victoria», dijo de ella María Zambrano. Y, en efecto, la poetisa lanza sobre el mundo exterior una mirada que, sin dejarse embaucar por el sentimentalismo, ahonda en pequeñas escenas, en detalles y objetos aparentemente cotidianos, que descubren bellezas inéditas, valores insospechados. Como en un cuadro de Vermeer, los poemas de Las contemplaciones revelan puntos de vista inesperados que aleccionan acerca de cómo enfocar el mundo y la vida que transcurre, de cómo apreciarla y darle su justa dimensión, a veces, como reconoce la propia autora al final del libro, incluso «sin más contemplaciones».
María Victoria Atencia nació en 1931 en Málaga, ciudad en la que siempre ha vivido.
Estudió piano y pintura, pasiones a las que más tarde uniría la del vuelo,
cuando decidió hacerse piloto de aviación, y a las que suma su afición al arte
del grabado y a las técnicas artesanas de la impresión. Traductora de varios
poetas extranjeros, María Victoria
Atencia, merecedora del Premio Luis de Góngora de las Letras Andaluzas
en el año 2000 por toda su trayectoria literaria, es autora de más de una
quincena de libros de poesía, obras de culto para muchos y traducidas a
numerosos idiomas. A sus primeros libros —Arte
y parte y Cañada de los Ingleses
(1961)— siguieron títulos como Marta
& María (1976), Los sueños
(1976), El coleccionista (1979), Glorieta de Guillén (1986), De la llama en que arde (1988), La pared contigua (1989), La señal (1990), La intrusa (1992), El puente
(1992) y, publicados en 1997, además de Las contemplaciones, A
orillas del Ems y Trances de Nuestra Señora.