João
Ubaldo Ribeiro nació en
1941 en la isla de Itaparica (Bahía), Brasil. Es licenciado en derecho y obtuvo
un master en Administración pública y ciencias políticas en Estados Unidos. Fue
redactor jefe de los periódicos Jornal da
Bahia y Tribuna da Bahia, al
tiempo que ejerció como profesor en la Universidad Federal de Bahía. Antes de
escribir su primera novela dirigió una agencia de publicidad y en la actualidad
colabora en diversas revistas y periódicos. A las novelas citadas más arriba,
hay que añadir numerosos libros de cuentos, ensayos y crónicas.
- ¿Cómo penetrar en el alma de una mujer para desvelar sus secretos más íntimos, sus sentimientos más profundos?
“No puedo decir que el libro sea el resultado de una observación profunda.No es una observación consciente, planeada, no voy a una fiesta o me enamora de alguien para observar a las mujeres. Pero forma parte del proceso. No sé si soy escritor por eso, o es por eso que soy escritor, pero el caso es que vivo observando las personas y las cosas. No inventé nada en el libro y de investigación sólo hice una pequeña pesquisa...echar una ojeada en sites porno de Internet, porque temía haberme quedado anticuado, no estar al día...”
(...)
“Yo no me parezco a la protagonista aunque ya veo venir que pensarán que uso la voz de esta vieja para decir lo que yo pienso, pero eso va a ser inevitable...”
Y dedica el libro a las mujeres...
-No lo dediqué a nadie en concreto porque soy consciente de los prejuicios de la gente. Así que lo dediqué a las mujeres porque es más raro un libro de este tipo y en primera persona, escrito por una mujer.
(...)
Es tal vez irónico, pero el libro está lleno de opiniones de la vieja acerca de las religiones, sobre ese”pentecostestalismo histérico que nos asola”, el poder de la Iglesia que enerva y otras declaraciones que pueden sonar a blasfemia. La vieja cree sinceramente que la lujuria es invención de Dios, que es la propia voz divina (“porque la voz de Luz y de Inteligencia, ésa es la voz de Dios”) y que no es pecado: sólo peca aquél que no hace lo que nació para hacer”.
(...)
Hay también un componente de generosidad, el deseo de compartir su sabiduría, de liberar las almas y los cuerpos sometidos a tabúes y prejuicios.
(...)
“Me cae simpática mi vieja. Me gustaría conocerla”, concluye Ribeiro sonriendo.
Extracto de una entrevista
con Joao Ubaldo Ribeiro en el periódico O Dia ,de Brasil
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