«Las cosas hermosas que escribiremos
si poseemos talento están en nosotros, difusas, como el recuerdo de una melodía
que nos cautiva sin que podamos acordarnos de ella», escribe Proust en Contra Sainte-Beuve, y en efecto, en
esta obra el autor empezó a recordar esa melodía que se convertiría, años
después, en su célebre En busca del tiempo perdido. Bajo la forma de una
conversación con su madre, Proust despliega numerosos motivos de esa cadencia:
momentos en que un pequeño gesto del presente le lleva al pasado (entre ellos
la escena que prefigura aquella otra, famosa, de la magdalena); el insomio y
los sueños; los ruidos de la calle que se cuelan en la habitación; una hermosa
condesa; la impresión que causa en él un rayo de luz en el balcón; la llegada a
Venecia; páginas memorables sobre Sainte-Beuve, Nerval, Baudelaire y Balzac;
los Guermantes; la infancia en Combray...
Contra
Sainte-Beuve. Recuerdos de una mañana es un conjunto de fragmentos, de
índole y origen diversos, que Proust redactó entre 1908 y 1909 y que quedó
inédito a la muerte del autor. Si al principio dudó entre un ensayo de factura
clásica en torno a Sainte-Beuve o un relato que comenzaría una mañana, cuando
su madre se acercara a su cama y ambos dialogaran sobre literatura, poco a poco
la narrativa fue ganando terreno para ir convirténdose en relatos en torno a la
memoria recuperada.
INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA
Marcel Proust nació en París en 1871 y murió en 1922 en esa misma
ciudad. Víctima de un asma crónica, estudió en el liceo Condorcet, y,
posteriormente, en la escuela de ciencias políticas al tiempo que asistía a los
cursos del filósofo Henri Bergson. Traductor de John Ruskin, en 1896 publicó Los placeres y los días, para después
sumergirse en la escritura de la novela autobiográfica Jean Santeuil, de las prosas de Contra Sainte-Beuve –ambos volúmenes publicados póstumamente–, y de su
obra capital, En busca del tiempo perdido,
que Proust nunca llegó a ver publicada entera. Esta nueva edición de Contra Sainte-Beuve. Recuerdos de una mañana, a cargo
de Antoni Marí y de Manel Pla, restaura con la máxima fidelidad,
a partir de las diversas ediciones y versiones existentes de esta obra, el
proyecto concebido originalmente por Proust.