En una alucinante duermevela, un joven de buena familia desarraigado, que vive como un don nadie al borde de la marginalidad, nos arrastra a una auténtica pesadilla de violencia, incomunicación y soledad. En una caótica ciudad, disueltas ya las categorías sociales en la apocalíptica promiscuidad del desencanto, del miedo y del deterioro moral, el narrador, criado en un mundo parapetado tras la seguridad de blindadas y lujosas mansiones, se ve un día catapultado por casualidad —¿o por elección propia ?— al submundo periférico de la delincuencia que actúa en esa frontera, ya imprecisa, con la sociedad de los guapos y ricos a la que va socavando poco a poco. Ese narrador «descolgado», verdadero estorbo para todos, que se ve involucrado en una tensa odisea de atracos, secuestros, robos, asesinatos y estupros, vuelve a la vieja y semiabandonada finca familiar en busca de paz. Pero otros inquietantes fantasmas—¿o los mismos ?— le esperan también en ese nostálgico escenario de la infancia…
Chico Buarque, hijo de un gran historiador y ensayista brasileño, nació en 1944 y creció siempre rodeado de las grandes figuras de la literatura brasileña y extranjera que frecuentaban su casa. Estudió arquitectura, pero muy pronto se dedicó a la música llevando ya casi treinta años entregado a ella, con más de 250 canciones en su haber, muchas de ellas cantadas por él mismo y grabadas para siempre en nuestra memoria, y varias bandas sonoras de películas. Es autor de otra novela, Facenda modelo, que se publicó en 1974 y que, si bien en forma titubeante, anunciaba ya al escritor hecho y derecho que, en agosto de 1991, publicó Estorbo en Brasil. También ha escrito cuatro obras de teatro, poemas y un libro para niños. A muchos críticos sorprendió la visión profundamente sarcástica y escéptica que Chico Buarque expresa aquí de la sociedad brasileña que, en realidad, tanto se parece hoy en día a la de cualquier otro país. Pero lo cierto es que esta visión no sólo parece ser compartida por más de trescientos mil lectores en Brasil, sino que la traducción de Estorbo a otros diez idiomas está despertando paulatinamente el interés de muchos más lectores del mundo entero.