Todo comenzó cuando Charlotte Chandler fue enviada un día por la revista Playboy para entrevistar a Groucho Marx. Se cayeron tan bien que, desde entonces, durante seis años, hasta la muerte del genial humorista en 1977, a los 86 años, compartió con él casi diariamente sus tertulias de amigos, sus preciosos recuerdos lejanos y sus sarcásticas divagaciones sobre el pasado más reciente, así como el relato de las extravagantes vivencias y las más o menos gratas aventuras amorosas que ha protagonizado. Hasta tal punto fue estrecha la convivencia de Charlotte y Groucho que éste acostumbraba a decirle : «Me conoces más que yo». Quienes no creyeron una sola palabra de lo que Groucho contó sobre sí mismo en Groucho y yo (Andanzas 168 y Fábula 30) podrán cerciorarse hoy, con esta biografía, de lo que era falso o verdadero, sin por ello dejar de pasarlo casi tan en grande como el propio Groucho viviéndola y la autora escribiéndola.
Como buena californiana educada en Europa,
reside en Nueva York. Sus polé-micas entrevistas para la revista Playboy a Dalí, Chaplin, Woody Allen,
Franco, Perón, Hitchcock, Picasso, Sartre, Stra-vinsky y muchos más, la
afianzaron poco a poco como una de las más brillantes perio-distas de los años
sesenta. Desde muy joven se interesó por la historia del cine y, en par-ticular,
por la conservación de películas. Fundó la American Friends Association of the
Cinématheque Française en Nueva York y ha sido miembro del cuadro direc-tivo de
la Film Society del Lincoln Center.
Desde que
conoció a Groucho lo siguió
prácticamente a todas partes. Estaba a su lado cuando recibió el Oscar en 1974,
cuando fue avasallado por la multitud en Nueva York tras la proyección de Animal crackers y, en Palm Springs,
cuando, ya oc-togenario, visitó a sus hermanos Gummo y Zeppo. No es de
extrañar, pues, que esta biografía haya despertado el entusiasmo de miles de
lectores en todo el mundo.