El 31 de agosto de 1983 un Boeing coreano, con 269 pasajeros, fue abatido mientras sobrevolaba territorio soviético. Pese a la conmoción que produjo el suceso, nunca se esclarecieron las circunstancias del mismo, y al cabo de pocos meses quedó archivado sin que los EEUU llevaran a término las represalias anunciadas. ¿Se trató de un simple error ? ¿Existían indicios evidentes de espionaje aéreo ? ¿O hubo otras razones, otras responsabilidades que nadie quiso asumir ? El autor de esta trepidante novela política-ficción cree que sí y, siguiendo las huellas de los grandes maestros anglosajones del género, toma como pretexto este acontecimiento para construir una espléndida trama de suspense que desvela al mismo tiempo la complejidad de las relaciones internacionales, ofreciendo un cuadro sorprendentemente vivo y convincente de los bajos fondos de la URSS, así como de las implacables estrategias de los servicios de inteligencia de una y otra superpotencia.