Como gitana que echa las cartas del tarot, Sofía muestra a
su amigo Bruno una serie de fotografías en las que ella aparece paseando por
las calles de Europa. Valiéndose de esta baraja de instantáneas, la hermosa y
mágica mujer urde un juego fantástico, un sortilegio que atrapará al
protagonista.
La solitaria Lidia, a quien su ex marido prohibiera tener
hijos, se aficiona al alcohol y no logra engendrar más que fantasmas, acaso
imaginarios, que se limitan a hacer bromas en el clóset o detrás del
refrigerador. Pero un día, mediante cierto ritual, Lidia da a luz a un ser
mucho menos lúdico.
A pesar de definirse a sí mismo como dipsómano y adicto a
los estupefacientes, un hombre se las arregla para convencernos de que la
historia que refiere no es ficción. Se trata de una experiencia sobrecogedora,
de un ser apenas entrevisto que rebasa lo monstruoso: blando, casi informe, de
movimientos abstrusos e imposibles. El narrador forcejea con el lenguaje, busca
la palabra exacta para lograr la expresión de lo inefable.
Un enorme volcán hace erupción y amenaza con derramar su
lava sobre la gran ciudad, acontecimiento que coincide con otra explosión que
perturba sobremanera al protagonista.
No hay nada que hacer, salvo huir con sus hijas, olvidar a su esposa,
buscar un refugio entre las rocas, una cueva, un sexo, y que los demás perezcan
bajo las piedras derretidas.
En estos relatos, los estados alterados de conciencia
producen una ambigüedad insoluble, una confusión entre la vigilia y el sueño,
la realidad y la alucinación, lo material y lo espiritual.
Mauricio Molina es narrador y ensayista mexicano, autor de Tiempo lunar (Premio Nacional de Novela
José Rubén Romero, 1991), de los ensayos Años
luz (mención honorífica en el
Premio Nacional de Ensayo José Revueltas) y La
memoria del vacío, del cuento “Mantis Religiosa”, de los libros Cuentos de terror (1998) y Fábula Rasa (Premio Nacional de Cuento
San Luis Potosí, 2000). Fue becario del CONACULTA en 1990. Ha publicado
ficciones y ensayos en Vuelta, Letras Libres, Luna Córnea, Biblioteca de
México, La Cultura en México, El Ángel, La Jornada y Unomásuno. Entre 1998
y 2001 tuvo a su cargo la sección literaria “Alejandría” del noticiero 9:30 del
Canal 22. Ha impartido cursos y talleres en la Universidad Iberoamericana y en
el Claustro de Sor Juana. Ejerciendo también el cargo de jefe del departamento de Voz Viva en
la Dirección de Literatura de la UNAM