Precisamente cuando se cumplen los cuatrocientos años de la
firma del Edicto de Nantes (por el
que Enrique IV de Francia regulaba la condición legal de la Iglesia reformada,
poniendo fin así a la guerra de religiones), sacamos a la luz un libro
profundamente herético (y erótico) que ejemplifica la imposible tregua, seguida
de la revocación del edicto, en los escandalosos actos de su protagonista, Roberte, personaje principal de la
célebre trilogía klossowskiana titulada Las
leyes de la hospitalidad.
Estas perversas leyes de la hospitalidad —que Octave, anciano teólogo, voyeur y esteta, marido de Roberte, ha decidido que su esposa practique con cualquier extraño— llevarán a ésta no sólo a entregarse a cuantos la deseen, sino a cometer la herejía más osada. A través de los diarios que ambos escriben, asistiremos a las extrañas ceremonias de las que Roberte, apresada por la mirada de su marido, que la contempla como si fuera uno de los cuadros eróticos que atesora, será la ambigua víctima. Sus recuerdos de algo terrible que le ocurrió en Roma el año anterior, su reencuentro con el inquietante Vittorio, y los reclamos de caricias que la acometen en su propia casa o en las calles de París, van empujándola hacia una sexualidad que transgrede toda prohibición y toda moral establecida.
Pierre Klossowski nació en París en 1905. Hombre misterioso y poco dado a manifestaciones públicas, poco se sabe de él, salvo que entre 1948 y 1950 colaboró asiduamente en la célebre revista, dirigida durante tantos años por Jean-Paul Sartre, Les temps modernes. Se dio a conocer sobre todo como ensayista con libros tan importantes como, entre otros, Sade, mon prochain (1947), Un si funeste désir (1963) y Le Baphomet (Premio de la Crítica francesa 1965). Como narrador, escribió dos novelas cumbre de la literatura erótica: Roberte, esta noche, que publicó en 1953, y La revocación del Edicto de Nantes, destinadas las dos a formar parte de una trilogía que él tituló Las leyes de la hospitalidad. En su pintura, esencialmente dibujos en blanco y negro y en color, pero también grandes telas pintadas al óleo, figura igualmente siempre el erotismo. Su obra pictórica fue motivo de una importante retrospectiva en el Museo de Arte Contemporáneo Reina Sofía de Madrid.