A un editor siempre le produce satisfacción presentar una novela de un autor autóctono, en este caso del conocido escritor, crítico literario y comentarista político, Leopoldo Azancot. Nos alegra igualmente el que haya asumido abiertamente la paternidad de esta obra en un género como éste, en el que muchos autores, por consagrados y admirados que sean, aún recurren a la máscara del seudónimo, o a la sombra del anonimato, ¡como si someterse a la experiencia erótica mediante la escritura fuera, de por sí, un acto impúdico e inconfesable !
Estos son Los amores prohibidos de un joven perseguido por la policía, por razones políticas, que encuentra refugio en el apartamento de una hermosa y extraña prostituta, quien, al descubrirle, en modo insospechado, placeres que él jamás pudo imaginar, trastornará sus más íntimos impulsos y cuestionará toda su vida.
Leopoldo Azancot nos introduce hábilmente en la atmósfera enrarecido y obsesiva en la que, dadas las circunstancias, debe adentrarse el joven revolucionario, quien hasta entonces había vivido fuera de sí mismo, simplemente para los demás, y, de pronto, por azar, se ve transportado al mundo, oscuro y confuso para él, de su propia entidad, de su propio ser, por el dédalo de las imprevisibles revelaciones de su sexualidad.
Leopoldo Azancot nació en 1935 en Sevilla, donde estudió derecho. Como comentarista político y periodista, fue durante muchos años subdirector de la revista Indice y, más tarde, también miembro del Secretariado Permanente de Cultura Andaluza y miembro del consejo de redacción de la revista Nueva Estafeta Literaria. Como crítico, colaboró asidua y largamente en periódicos como ABC y El País. Su obra de creación, que consta, con ésta, de diez libros, empieza en 1977 con la novela La novia judía, que obtuvo varios premios , a la que siguen, entre otras, Ella, la loba, La noche española, El rabino de Praga, Fátima (la esclava) y Mozart, amor y culpa. En la primavera de 1992, abandona España para establecerse en Venezuela.