Cinco
poemas largos y unitarios conforman este Libro de los trazados,
cinco partes que, con una impecable estructura interna, dibujan magistralmente
el trayecto de un aprendizaje y una aceptación, según esa «asombrosa capacidad
de Vicente Valero», como dice Antonio Gamoneda, «para la
conversión del pensamiento y el lenguaje discursivos en pensamiento y lenguaje
poéticos».
El libro se inicia con un ascenso solitario («La subida») por el bosque, entre acantilados, persiguiendo aprehender esa celebración interminable que es la primavera, su magisterio fértil, en una original –y paradójica– reinterpretación de la misma como estación última, como conquista final. «Taller de paisajistas», la segunda composición, ofrece, disfrazada de lecciones de pintura, toda una poética: cómo el arte consigue acceder a los secretos de la naturaleza, cómo puede rescatar también el poder sugestivo de sus luces y colores. El punto de inflexión se produce en la tercera parte del libro, «Curva en el camino del bosque», donde la injerencia del dolor y la muerte trastoca la visión de las cosas, ahora ya más inhóspitas, aunque siempre en los límites de un mismo paisaje, cuyo emocionado recorrido es también una forma de consuelo. En «Voces para una danza infinita», el refugio lo ofrece la identificación panteísta entre el alma y la naturaleza, esta vez representada por la noche y la lluvia. Mientras que es la última parte, «El río», la que le descubre al sujeto poético –a través de una corriente que es mero fluir inevitable, pura forma inaprensible– una aceptación, una sabiduría, entre la desolación y la promesa. Cinco trazados diferentes que nos invitan a celebrar la naturaleza, el arte, la vida.
INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA
Es asombrosa la capacidad de Vicente Valero
para la conversión; conversión del
pensamiento y el lenguaje discursivos
en pensamiento y lenguaje poéticos.
ANTONIO GAMONEDA
Un autor de gran hondura metafísica, pero a
la vez, nada abstracto.
OCTAVIO PAZ
Vicente Valero nació en
Ibiza en 1963. Ha publicado cuatro libros de poemas: Jardín de la noche (1986),
Herencia y fábula (1989), Teoría solar (1992), con el que obtuvo
el Premio Internacional Fundación Loewe a la Joven Creación, y, en esta
misma colección, Vigilia en Cabo Sur (1999, Marginales 176). Como
ensayista ha publicado los libros La poesía de Juan Ramón Jiménez (1988),
Experiencia y pobreza. Walter Benjamin en Ibiza 1932-1933 (2001) y Viajeros
contemporáneos (2004). Seis años después de su último poemario aparece Libro
de los trazos, una de las obras de mayor ambición y exigencia de su
generación, un poemario de entera madurez.