La industria cosmética se ha convertido en una gigantesca fábrica de deseos y frustraciones estrechamente relacionados con la imagen que hombres y mujeres tienen de sí mismos; además, mueve cantidades ingentes de dinero en todo el mundo. Pero todo tiene su historia, y conviene recordar que hubo un tiempo en que a ninguna mujer que se considerara «decente» se le habría ocurrido maquillarse el rostro.
La cara oculta de la belleza narra la historia de dos vidas extrañamente cruzadas: la de la judía polaca Helena Rubinstein (1870-1965) y la del químico francés Eugène Schueller (1881-1957), fundadores, respectivamente, de los dos grandes imperios de la cosmética del siglo xx: Rubinstein y L’Oréal. Sus empresas idearon centenares de productos (cremas faciales, lociones, tintes capilares) y, sobre todo, generaron la necesidad de consumirlos. También sortearon todas las convulsiones históricas del siglo xx: la depresión económica del 29 o la ocupación nazi de Francia y el auge del antisemitismo, cuya sombra acabó proyectándose sobre los negocios de Schueller. A través de estas dos existencias tan contrapuestas, brandon relata un denso entramado de rivalidades –que alcanzó su máxima intensidad en 1988, cuando L’Oréal adquirió la empresa de Rubinstein– y nos obliga a reflexionar sobre la mercantilización de la imagen en nuestra sociedad y los artificiales estándares de belleza.INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA