En la frágil frontera que separa la civilización de la naturaleza indómita, allí donde para sobrevivir hay que ser un experto cazador de ciervos o pescador de truchas, los hombres se enfrentan a un enemigo quizá más temible, sutil y retorcido que la naturaleza : el propio ser humano. En ese adusto territorio —los bellísimos paisajes de Nueva Inglaterra—, la conducta de las mujeres y de los hombres, siempre ambigua, obedece a ritos muy antiguos y a pasiones ciegas : la venganza alimentada desde la infancia, la culpabilidad del deseo, la codicia por las tierras y las piezas de caza cobradas. Por extraños que nos parezcan sus protagonistas, maravillará al lector en enfrentamiento entre el solitario Hawkheel y el mentiroso Stong, el atroz exterminio de la familia Stone, el triste error que cometió Perley al casarse por segunda vez… Estos son algunos de los personajes sorprendentes, rudos unos, poéticos otros, pero todos ellos entrañables, a cuyas almas se asoman estos once relatos para esclarecer el secreto o la tragedia que esconden sus vidas.
Annie Proulx nació en Connecticut en 1935. Tras
estudiar Historia, se dedicó al periodismo durante quince años y hasta la
cincuentena no decidió ser novelista. Su irrupción en el mundo literario fue
tan tardía como deslumbrante: en pocos años, sus obras han sido galardonadas
con los premios más prestigiosos, como el PEN/Faulkner, el Pulitzer
o el National Book Award. Pero Proulx no sólo ha recibido el
reconocimiento de la crítica más exigente, sino que ejemplifica como pocos
escritores un fenómeno literario poco frecuente: un autora de calidad, casi de
culto, que es leída –y seguida– por un público mayoritario, y cuyas obras se
adaptan con éxito a la gran pantalla, como es el caso de Atando cabos
(Andanzas 253 y Fábula 194). Tusquets Editores ha publicado también de
esta autora el volumen de cuentos Canciones del corazón (Andanzas
319) y otra gran novela: Los crímenes del acordeón (Andanzas
378).