Con un sólido poder
narrativo, mediante una gran agilidad y
riqueza formal, esta novela nos permite diversas vías de exploración de una
realidad conocida y cercana. En ella, al recrear acontecimientos que mucho recuerdan
algún proceso revolucionario centroamericano,
el autor repliega todo análisis o
consideración política tendenciosas
para imponernos un suspenso: el de
la reflexión posterior a la lectura.
Así, través de la variedad
de voces y tonos –entre autobiográficos y periodísticos, con tintes
críticos o pesimistas- que conforman este volumen, nos enteramos del modo como
obran el azar y las pasiones en los procesos históricos y en las relaciones
humanas. Las anécdotas que se cruzan
aquí, sin embargo –familias y abolengos, los amores y sus pequeñas tragedias,
las luchas revolucionarias y las farsas políticas-, no se acumulan o superponen como un simple recurso estructural;
pues al sucederse éstas –para
coludirse o confrontarse- se nos lleva a
descubrir que cada una de las perspectivas que aquí nos aguarda
favorece la posibilidad de otra novela. Y que de este modo la ficción literaria reduce, mitiga o desmiente el carácter inapelable de una
u otra historia.
Álvaro
Uribe nación en la ciudad de México en 1953. Licenciado en filosofía por la
UNAM, fue agregado cultural en Nicaragua y consejero cultural en Francia. En su
primera estancia en París editó la revista bilingüe Altaforte.
Posteriormente fue coordinador de varias colecciones en el Conaculta.
Su prosa siempre ha merecido grandes elogios de lectores y críticos. No en vano
varias de sus obras han sido traducidas al francés, al inglés y al alemán. Es
autor de Topos (1980), El cuento de nunca acabar (1981), La audiencia de los
pájaros (1986), La linterna de los muertos (1988, reeditado en 2006);
Recordatorio de Federico Gamboa (1999), La otra mitad (1999) y La parte ideal
(2006). En