Una piscina llena de ensalada donde Marilyn Monroe está apunto de zambullirse, detectives y criminales
dotados de una transparencia moral que impide todo enjuiciamiento, niños que
transitan de la última infancia a la adolescencia entre plomazos que ellos disparan pero son propiciados por la violencia urbana y familiar que los a
acosa, inocentes empresarios que
eligen la vida pública y devienen corruptos
despreocupados, enfermos terminales
que no mueren, diálogos que son monólogos engañosos, perversiones tragicómicas , pesadillas que no lo parecen y más bien
resultan sueños divertidos y hasta encantadores, ironías y parodias que convierten a nuestros monstruos y prohombres
en pequeñeces risibles, los dilemas
de un Dios que da lugar a la vida terrena y tras descubrir sus equívocos decide
emitir una orden ambigua y sensata, amores nacidos y solucionados
en el desconcierto.
Todo eso nos aguarda en estas páginas maestras del absurdo y la ironía, con una
verosimilitud y coherencia internas
conseguidas por un pulso narrativo
de excepción, supuesto a comprobarnos que una frase hecha –“el placer de la
lectura”- enuncia un fenómeno real y –aquí- posible.
El narrador y poeta Francisco Hinojosa nació en la
ciudad de México en 1954. La publicación de Informe negro, su primera
recopilación de relatos, en 1987, mereció un amplio reconocimiento crítico que
habría de refrendarse a plenitud en Memorias segadas de un hombre en el
fondo bueno y otros cuentos (1995), Cuentos héticos (1996) y dos
crónicas de viaje: Un taxi en L.A. (1995) y Mexican Chicago (1999).
Hinojosa es también autor de Tres poemas (1998) y de casi una
veintena de libros para niños. Su obra ha sido traducida al inglés y al
portugués.
El humor, la crueldad y la fantasía, aunadas
a un desparpajo casi surrealista, conviven en la escritura de este <