Miguel
Alonso se gana la vida como delineante en el Madrid de finales de los
cincuenta. Sobrevive en una habitación realquilada —en una casa que enseguida
nos recuerda la de El pisito— y
sobrelleva como puede la precariedad y sordidez de su modesta vida. Hasta que
Antonio, el hijo tarambana de su jefe, lo arrastra a veranear a Ibiza, donde le
han hablado de lo fácil que es ligar con europeas. Tras los primeros escarceos
desesperados y un poco cafres con una chicas valencianas que se encuentran a su
llegada, los dos amigos van conociendo poco a poco la particular fauna de
juerguistas y falsos aristócratas que, con ganas de pasárselo bien, bullen por
la isla. Y mientras Antonio enlaza fiestas y salidas nocturnas en una
felliniana dolce vita, Miguel, más
escéptico, prefiere mantenerse al margen. Hasta que para su sorpresa logra que
Odette, una francesa encantadora, ceda a sus deseos. Con ella vivirá una
agridulce historia de amor que acabará metiéndole en las complicaciones
indeseadas que él quería evitar.
Comedia coral, retrato de una época
y un país de costumbres irrespirables, Los
europeos es también una elocuente constatación de que la risa y la ironía,
la resistencia vital son posibles aun en condiciones tan desfavorables. Una
novela en la que Azcona se nos descubre como un extraordinario narrador,
maestro de los diálogos e incomparable creador de personajes, que son lo que
hacen tanto como lo que dicen.
Aunque publicada por primera vez a
finales de los cincuenta, con falso pie de imprenta por problemas de censura, Los europeos, completamente reescrita y
reelaborada, nos devuelve la hilaridad y a la vez la profunda desolación de las
mejores y más corrosivas historias de Rafael Azcona.
INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA
Sobre Rafael Azcona
Lo más grande que ha dado el cine español; nadie le llega ni a los tobillos.
Fernando Trueba
Azcona posee una visión literaria del cine,
y esta carga literaria ha sido esencial en
la escritura de esas obras maestras que,
sólo por sus historias, son ya, entre otras,
El cochecito, El verdugo y Plácido. Bastan para acreditar su maestría como narrador
y hacer inadmisible su omisión en el cuadro de la promoción del medio siglo.
Miguel García-Posada, El País
Que Rafael Azcona fue en su juventud
un muy interesante escritor era un secreto
a voces. Los disparates corales de
Los muertos no se tocan, nene, el neorrealismo sarcástico de El pisito y
el surrealismo desesperado de El cochecito [están] para recordarnos lo que fuimos,
y lo que en buena medida seguimos siendo.
Rafael Conte, Abc
Una de las personas más brillantes, generosas e inteligentes que he conocido.
Josefina Aldecoa
Rafael Azcona nació en
Logroño en 1926. Empezó como humorista gráfico en La Codorniz, y de esa época proceden sus primeras novelas,
abiertamente humorísticas como El
repelente niño Vicente o Los muertos
no se tocan, nene. Su colaboración con el director italiano Marco Ferreri y
el éxito de sus primeros guiones relegaron a un segundo plano su tarea de
escritor. Guionista y maestro de guionistas, autor de las historias de El pisito, El cochecito, Plácido, El verdugo, La grand bouffe, Belle Epoque
o La niña de mis ojos, Azcona se ha
convertido ya en una clásico vivo del humorismo español. En 2002 apareció su
libro de relatos Estrafalario y en
2005 la reedición de El pisito. Novela de
amor e inquilinato.