Insólita figura la de este escritor mallorquín que hemos conocido gracias a un amigo, Paco Monge, quien nos incitó a leerlo. ¿Cómo y por qué ha surgido este surrealista de la diáfana mediterraneidad?
No contamos con una biografía de Cristóbal
Serra para guiarnos. Algunas fechas secas jalonan su vida y éstas tienen un
valor, antes que esclarecedor, anecdótico. Ha cosechado dos títulos
universitarios, ha pasado por varios oficios, se ha consagrado a la traducción,
y ha escrito siempre que se ha liberado de la esterilidad que también crea el
cardo y la escualidez de la higuera.
En los años de la posguerra, Cristóbal
Serra escribe Péndulo que publicará años más tarde. Lo escribe desligado de
toda influencia, aunque luego descubra que está bajo el signo de Kafka o de
Michaux. Péndulo, el payaso metafísico por él creado, que sufre la soledad de
los maniquíes de De Chirico, conoce la suerte de ser traducido al italiano en
la revista “Il Caffè”.
Aparte de este personaje
tragicómico, desarraigado, charlotesco, Cristóbal Serra ha inventado el
mundo despampanante de su Viaje a Cotiledonia. Este viaje quimérico, que
tiene un encanto irresistible, recuerda a ratos un viaje de Swift, otros una
vida imaginaria de Schwob, otros nos sumerge en este tipo de ironía que sólo un
hombre mediterráneo puede expresar, porque es una ironía a veces distante y a
veces rozando la mala uva. Además, la escritura es perfecta. Cristóbal Serra
ha encontrado el vehículo sencillamente adecuado para expresar el misterio de
una rebeldía en toda su amplitud. Con razón de él ha escrito Octavio Paz:
“Habita el secreto con la misma naturalidad que otros nadan en el ruido. No es
ni dragón, ni caballero andante, ni filósofo gimnosofista ni hechicero. Sabe
sonreír y esa sonrisa lo aparta de los hombres modernos”.
Cristóbal Serra nació en Palma de Mallorca
en 1922. Profesor de literatura e idiomas, como escritor se dio a conocer con Viaje
a Cotiledonia y Péndulo y otros papeles (Cuadernos
Ínfimos 46 y 60). De su producción última destacan Visiones de Catalina de
Dülmen ¾un
interesante relato de la vidente Ana Catalina Emmerick¾, Diccionario
de William Blake, Las líneas de mi vida y Nótulas, colección
de fragmentos con la que Serra se suma a una tradición que se
remonta a los logoi de Heráclito. Traductor de Lao-Tsé, Blake, Melville
y Michaux, Serra ha reunido su producción literaria que va de 1957 a
1996 en el volumen Ars Quimérica. También es autor de Antología
del humor negro español (Marginales 51) y de Disparatario
(Marginales 81), una antología de los llamados «disparates» de Edward Lear.