«[El ser humano] constantemente se da miedo a sí mismo. Sus movimientos eróticos le aterrorizan. (…) No pienso que el hombre tenga la más mínima posibilidad de arrojar un poco de luz sobre todo eso antes de dominarlo», expone Georges Bataille en el Prólogo de este ensayo, obra de referencia indispensable. En ella Bataille nos descubre que ese «algo» que tanto teme el hombre, su «animalidad o exuberancia sexual», es precisamente aquello «por lo que no podemos ser reducidos a cosas», mientras que es nuestra «humanidad» en su actividad específica, el trabajo, lo que tiende a cosificarnos.
Georges Bataille
nació en Billon, Francia, en 1897 y falleció en Malmaison en 1962. Hombre a quien gustaba trabajar en la sombra, pasó a ser sin embargo uno de los pensadores europeos más innovadores e importantes de entreguerras. Fundó diversas revistas, entre las cuales dos que hicieron historia: Documents y Critique. Escribió ensayos como La littérature et le mal, El erotismo (Marginales 61), L’expérience intérieure y La part maudite y, en el terreno de la narración erótica, textos extraordinarios, como Historia del ojo, Mi madre seguido de El muerto, Madame Edwarda y El azul del cielo (La sonrisa vertical 10, 19, 25 y 44). Para él, toda creación es un proceso mediante el cual el hombre se supera transgrediendo todos los tabúes, en particular los relacionados con el erotismo y la muerte.