La célebre psicoanalista suiza Alice Miller formula aquí una hipótesis terapéutica de prevención del mal que radica esencialmente en cómo el adulto suele sofocar muy pronto en el niño el conocimiento que él adquiere del mundo, con el fin de imponerle las propias enseñanzas, adquiridas a su vez de otro adulto, de una generación a otra. Así mutilado, el niño accede difícilmente «con naturalidad» a la edad adulta. Los obstáculos al desarrollo de su saber y de su íntima experiencia de los hechos le llevará a creer que el mundo está hecho de muros y alambradas. Ya adulto, construye a su vez su mundo de herméticas defensas. Miller nos indica cómo se puede, si se quiere, recuperar ese saber proscrito que el niño, que sigue vivo, aunque también proscrito, en cada uno de nosotros, había obtenido por su cuenta.
Alice Miller estudió filosofía, psicología y sociología en Basilea. Tras el doctorado, se formó en Zurich como psicoanalista, profesión que ejerció durante veinte años, antes de sacar a la luz en Alemania, en 1979, su ensayo El drama del niño dotado (Ensayo 36 y Fábula 289), obra que enseguida se convirtió en un éxito mundial y gracias a la cual muchas personas fueron capaces de sentir y experimentar que eran diferentes a aquello que sus padres o educadores habían «programado» para ellas. Desde entonces se ha dedicado intensamente a la investigación del maltrato en la infancia y ha publicado libros fundamentales sobre el tema, como El saber proscrito, La llave perdida, Por tu propio bien y El cuerpo nunca miente, todos ellos aparecidos en esta misma colección (Ensayo 9, 15, 37 y 59). Ha recibido numerosos galardones, entre otros, el Premio Janusz-Korczak 1986.