El azar de una calurosa jornada reúne a Bouvard y a Pécuchet : solitarios, ya no tan jóvenes, modestos empleados de oficina, son -no tardan en descubrirlo- dos almas gemelas perplejas en el caos de la vida moderna. Una herencia y un vago deseo de retiro filosófico y del cultivo de la sabiduría harán que se abismen en la agricultura, la química, la geología, la medicina, la pedagogía, la historia, la literatura, la alquimia… Pero su recompensa, lejos de lo que esperaban, les llenará de escepticismo, y el desánimo no tardará en aparecer. Esta auténtica farsa filosófica, publicada postumamente en 1881, ha sido considerada por muchos como la culminación literaria de ese implacable observador de la naturaleza humana y las infinitas manifestaciones de la estupidez que fue Gustave Flaubert.
Nació en Ruán, Francia, en 1821. De padre cirujano, desde pequeño tuvo fama de niño poco dotado, pero muy pronto mostró sus aptitudes para la literatura. Inició en París estudios de derecho, que nunca terminó, al parecer por razones de salud. Aun así frecuentó el mundo literario de la época y emprendió, desde 1847, toda suerte de viajes por Francia y por los países de Oriente en los que fue aprendiendo su oficio de escritor. Cuando decidió regresar, se encerró definitivamente en el pequeño pueblo de Croisset, en el que murió en 1880, y allí escribió, en laboriosa gestación, todas sus obras. Madame Bovary apareció en 1856 por entregas en una revista, como era costumbre en la época. De sus obras destacan, además, La tentación de San Antonio (1849), Salambó (1862), La educación sentimental (1869) y Tres cuentos (1877). En 1999 Tusquets Editores publicó Bouvard y Pécuchet (Fábula 115) en la magnífica traducción castellana de Aurora Bernárdez. También figura en nuestro catálogo la biografía Gustave Flaubert (Andanzas 149), de Herbert Lottman.