Nuestros tiempos modernos,
Premio Libro de Economía 2000, patrocinado por la Presidencia del
Senado de Francia y la empresa francesa Fimalac, es una reflexión sobre el empleo
y cómo ha evolucionado con los cambios en la economía. Motivado, en gran parte,
por las proclamas del «fin del trabajo», que rebate vehementemente, la obra de Daniel Cohen es una defensa del capital humano en este convulso
momento histórico.
No es cierto que estemos cerca del fin del trabajo, al contrario: los
asalariados deben ser cada vez más versátiles para poder afrontar un número
siempre creciente de tareas. Al exigir una dedicación siempre mayor al trabajo,
ya no hay límites a la implicación personal de los trabajadores en sus empleos.
El problema, para Cohen, parte de
que, si bien es verdad que el progreso
técnico libera progresivamente al hombre de la necesidad, no le libera de la propia técnica. Al
soslayar esta paradoja han surgido falacias que creen en un futuro de vino y
rosas, un nuevo Edén en que el hombre se limite a disfrutar y las máquinas a
producir. Cohen demuestra que se
trata más bien de lo contrario: con el
progreso técnico el factor humano es cada vez más determinante. Como
resultado, los salarios suben, pero a cambio las empresas se tornan más
exigentes, y el estrés acaba convirtiéndose en el modo de regulación de la
sociedad post-fordista.
INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA
Daniel Cohen es uno de los principales economistas franceses de la actualidad. Secretario general de la Fundación Saint Simon y asesor del Gobierno de Lionel Jospin, que le ha encargado recientemente liderar una comisión de estudio sobre la economía abierta, Cohen es profesor en la Universidad de París I y en la Escuela Normal Superior. Su obra anterior, Richesse du monde, pauvreté des nations, fue un gran éxito editorial.