Cuba ocupa un lugar destacado en
nuestro imaginario colectivo. Sus playas, su música y su gente ejercen sobre
nosotros un indiscutible atractivo, pero a menudo se nos olvida lo que fue su
rica gastronomía. Para llenar este vacío, René
Vázquez Díaz ha escrito El sabor de Cuba, un libro en el que
reúne sus caprichos gastronómicos, la cocina tradicional de la isla y algunas
tendencias de «la nueva comida cubana», y en el que combina las recetas más
apetecibles del amante de la buena mesa con el gusto por la anécdota y el
recuerdo bien contado de este excelente narrador de historias.
El sabor de Cuba ofrece una visión profunda de las
tradiciones gastronómicas cubanas. Su recetario no es el de un cocinero
profesional, sino el de un escritor apasionado por los preparativos, los
misterios y los placeres de la cocina. Al abandonar su país muy joven por un
lugar tan distante en todos los sentidos como Suecia, René Vázquez Díaz tuvo que reconstruir su paladar, del que hizo en
parte su patria. El resultado de esa reconstrucción es este libro delicioso y fascinante, concebido desde una perspectiva
muy personal: en breves y amenas notas literarias, relacionadas de una forma u
otra con la cocina, en las que recrea el ambiente de su infancia, describe a
los miembros más simpáticos y extravagantes de su familia y, en rápidos
destellos autobiográficos, evoca momentos de su vida tanto dentro como fuera de
Cuba. Así, el recuerdo de sus abuelos canarios nos lleva a descubrir los mojos cubanos, y los paquetes de comida
que su madre le enviaba a La Habana, en su época de estudiante, sirven para
introducir el exquisito arroz con
pescado cervecero. Carnes, pescados, mariscos, frutas, cócteles de ron,
todo lo bueno, que es mucho, de la isla desfila por estas páginas, abriendo el apetito del lector.
INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA
René Vázquez Díaz nació en Caibarién (Cuba) en 1952. Tras su paso por la selecta escuela
de Vento, cursó estudios de Ingeniería Naval en Polonia en 1972. Sin embargo,
su vocación literaria le llevó a
pedir asilo político en Suecia y
emprender allí una nueva vida. Después de ser músico callejero e intérprete,
trabajó como traductor al español de obras suecas hasta que publicó su primera
novela, La era imaginaria, en 1986.
La cocina cubana es una de sus principales aficiones, y éste es el segundo
libro que le dedica. Ha publicado además numerosos libros de poesía, cuentos,
obras de teatro y otras novelas, como La
Isla del Cundeamor y Fredrika en el
paraíso. Ha sido jefe de proyectos en el Centro Internacional Olof Palme de
Estocolmo y actualmente es cronista cultural en el Sydsvenska Dagbladet.