Matemáticos y biólogos suelen ponerse de acuerdo. No obstante, conversan poco entre sí, de modo que, en la mayoría de los casos, sus conocimientos quedan de tal manera alejados los unos de los otros que un diálogo se vuelve aparentemente imposible. Este libro es la excepción : dos importantes científicos de la vanguardia de la investigación, un matemático y un biólogo, han entablado este debate que nos brinda la siguiente materia de reflexión :
¿Existe una Realidad en matemáticas ?
¿Existen entes matemáticos independientes del cerebro ?
¿Es el cerebro el que los descubre o son un producto de la actividad cerebral ?
¿Podrán algún día las máquinas construidas por el hombre reproducir las facultades
racionales e inventivas de nuestra máquina cerebral ?
¿Puede fundamentarse una ética sobre principios tan universales como los de la
matemática ?
Ante estos y otros interrogantes, ninguno de los dos científicos sabía lo suficiente de la disciplina del otro como para poder darles respuestas por separado. El diálogo también permitió a cada uno de ellos afinar el propio punto de vista. Sus posiciones convergen sobre ciertos aspectos y divergen sobre otros, a veces esenciales. Pero las preguntas han podido plantearse por fin, dejando, además, al «oyente» de este diálogo, al lector, la libertad de elegir y continuar a su antojo la reflexión según las analogías o las diferencias con el matemático o el biólogo.
Jean-Pierre Changeux nació en 1936 en Domont, Francia. Se doctoró en Ciencias en 1964 y, diez años más tarde, ya era jefe de laboratorio de neurobiología molecular del Instituto Pasteur y profesor en el Collège de France. Científico premiado con las mayores distinciones, miembro de prestigiosas entidades científicas francesas y extranjeras, y varias veces condecorado por su labor de investigación en el terreno de la neurobiología, es también autor de El hombre neuronal (1983), de Materia de reflexión —en colaboración con Alain Connes— y de un trabajo colectivo: Fondements naturels de l’éthique. Como puede apreciarse, sus preocupaciones han estado enfocadas siempre hacia el intento de reunificar las ciencias del hombre y de la sociedad con las del cerebro en una dinámica profundamente humanista.