A los seguidores, fieles y asiduos, de la colección Metatemas, que dirige para nosotros Jorge Wagensberg, el neurobiólogo
francés Jean-Pierre Changeux ya les
dio en 1993 suficiente Materia de reflexión (Metatemas 30),
gracias al diálogo que mantuvo en ese libro con el matemático Alain Connes. Ya por entonces, las
curiosas preguntas —y las aún más insólitas posibles respuestas— que se
formulaban los dos científicos estimularon en nosotros ideas nunca antes tan
bien encaminadas.
De hecho, Changeux
es el hombre de las preguntas no sólo pertinentes, sino orientadoras y
generadoras de toda suerte de descubrimientos. Por ejemplo, en Razón
y placer, vuelve a los mecanismos
de la creación, pero esta vez de la creación
artística:
• ¿Qué ocurre en el
cerebro del artista cuando éste crea?
• ¿Qué procesos se
desatan en nuestra mente cuando admiramos una obra de arte?
• ¿Cómo intervienen en
la percepción estética la herencia de la especie, la evolución del individuo y de la cultura?
• ¿De dónde proviene
esa extraña y poderosa emoción que nos embarga y que llamamos placer
estético?
• ¿Es posible
encontrar en nuestras neuronas la huella de la llama del genio?
• ¿Tiene todo esto una
explicación?
La creación artística ha sido siempre un misterio y motivo de toda suerte de divagaciones líricas. Pero, desde hace unos veinte años, gracias a las neurociencias y a la psicología cognoscitiva, las sombras que rodeaban ese misterio parecen disiparse poco a poco. Changeux, que es un explorador del cerebro y, a la vez, un buen conocedor del arte, siendo él mismo un gran coleccionista, nos incita, en este libro ilustrado con obras maestras poco conocidas, a una fantástica «aventura filosófica» en el corazón mismo del proceso de creación.
Jean-Pierre Changeux nació en 1936 en Domont, Francia. Se doctoró en Ciencias en 1964 y, diez años más tarde, ya era jefe de laboratorio de neurobiología molecular del Instituto Pasteur y profesor en el Collège de France. Científico premiado con las mayores distinciones, miembro de prestigiosas entidades científicas francesas y extranjeras, y varias veces condecorado por su labor de investigación en el terreno de la neurobiología, es también autor de El hombre neuronal (1983), de Materia de reflexión —en colaboración con Alain Connes— y de un trabajo colectivo: Fondements naturels de l’éthique. Como puede apreciarse, sus preocupaciones han estado enfocadas siempre hacia el intento de reunificar las ciencias del hombre y de la sociedad con las del cerebro en una dinámica profundamente humanista.