Este relato puntual y subyugante de la Conquista nos permite atestiguar cómo irrumpe en nuestra historia una mujer cuya presencia es aquí convincente y admirable, muy distinta a la que se tergiversa con un concepto despectivo: el de malinchismo.
A
raíz de la primera victoria de Hernán Cortés en territorio
americano –en lo que ahora es suelo de
Tabasco–, se le entregaron veinte esclavas. Una de ellas, a la que se bautizó
con el nombre de Marina, devenido Malintzin, Malinche, La Malinche, nacida más
al norte había llegado en cautiverio y como hablante de náhuatl a esa zona de
lengua maya.
Semanas
más tarde, ya en la costa veracruzana, Jerónimo de Aguilar, náufrago rescatado
en la península de Yucatán y el único entre los españoles familiarizado con el
maya, al enterarse de que una de las esclavas tributadas hablaba con las
lugareñas, se dirigió a ella en dicho idioma. Así, del náhuatl al maya y de
esta lengua al español, se fundó el
entendimiento. Gracias a la voz de Marina vemos
el encuentro de culturas ante el afán de conquista de Cortés. Tal es la
importancia de una mujer que fue señora de dos mundos y en ambos dejó un rastro
que en este libro se documenta con nitidez.
INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA
Juan Miralles nació en 1930 en Tampico (México) y falleció el 28 de junio de 2011 en la Ciudad de México . Antiguo
diplomático de carrera, se jubiló como embajador y se dedicó de lleno a su pasión por los estudios históricos. Es autor de numerosos artículos y ensayos
publicados en periódicos y revistas. Su obra más conocida es Hernán
Cortés. Inventor de México (Tiempo de Memoria, 2001).