Entre los escombros que los ejércitos franceses e ingleses van dejando durante los años de las devastadoras invasiones extranjeras a principios del siglo XIX, en medio del odio y el miedo, un joven, «instalado en el gusto de la nada» y en la espiral de locura que degrada toda creencia y esperanza, se une a los lanceros que luchan por la independencia. Pero esta lucha es también contra el padre, un afrancesado que en vano intenta inculcarle sus conocimientos foráneos, y, sobre todo, contra su maldito e irrefrenable amor incestuoso por Manuela, esa hermana infiel y desleal que traiciona apasionadamente a todos entre los brazos del enemigo : «No tenía otra cosa que hacer (…) que seguir amando a Manuela en la distancia y hacerme matar en el anónimo decorado de una aventura sin gloria». Así, en esta doble lucha interior y colectiva, las dos por una independencia que en aquellos días turbulentos y confusos parece inalcanzable, intenta el joven sobrevivir a la desesperación «para que vivir no sea sólo odiar».
Luciano Egido (Salamanca, 1928) se doctoró en filosofía y letras en la Universidad de Salamanca con una
tesis sobre Gracián y fue profesor hasta que el franquismo le impidió
continuar dando clases. Trabajó también como crítico cinematográfico y
cineasta. Antes de iniciar su carrera como novelista, había cultivado el periodismo literario y el ensayo, con
diversos trabajos dedicados
a la figura de Unamuno, como Agonizar
en Salamanca (Tiempo de
Memoria 60). Como narrador, es dueño
de una prosa inconfundible que le
ha convertido en un autor de culto
de la literatura actual en lengua española
y que le ha valido diversos galardones,
entre ellos el Premio Castilla
y León de las Letras 2004
por el conjunto de su obra. Además
de su volumen de relatos Cuentos del Lejano Oeste,