«Antes y después de cada
una de sus historias», comenta el propio autor, «el hijo y el padre de “Casa
muertas”, la mujer y el antiguo amante de “El domador”, o las dos
hermanas de “Coches usados”, saben que su pasado y su futuro no pueden
encerrarse en un libro. Existe un antes y un después en cada cuento, que el
lector intuye como ya escrito o vivido. Los personajes muestran su complejidad
con la vocación de un claro en un cielo nuboso. Aspiran a una permanencia más
enigmática, aunque haya poco de misterioso en la insinceridad de la mujer del
relato que da título al volumen o en el apocamiento del narrador de “Escaleras
mecánicas”.» Con excepcional y fina capacidad de observación, Calcedo
teje tramas aparentemente sencillas, pero tras las que alientan sentimientos,
decepciones, esperanzas y, sobre todo, la terca voluntad de hallar un poco de
sentido al vacío transcurrir de los días.
Gonzalo Calcedo nació en Palencia en 1961, pero en
la actualidad vive en Santander. Desde 1995 su actividad literaria ha obtenido
el reconocimiento en diversos certámenes, entre los que destacan el Premio José Hierro y el Premio especial del jurado en la primera
edición del Concurso de Cuentos Antonio
Gala. Su trayectoria literaria mantiene una escrupulosa fidelidad al
relato. Así, a Esperando al enemigo, finalista en 1995 en el II Premio
Nuevos Narradores, le han seguido Otras
geografías (Premio NH al mejor
libro inédito en 1997), Liturgia de los
ahogados (Premio Alfonso Grosso en 1988), el volumen ya mencionado La
madurez de las nubes y Apuntes al
natural (2002). Asimismo, su obra ha sido incluida en diferentes antologías
canónicas del género y ha recibido encendido elogios de insignes cuentistas
como Quim Monzó, Sergi Pàmies o Jordi Puntí.