Esta primera entrega de las Memorias de Adolfo Bioy Casares se lee como una historia más de las suyas, llena de episodios en los que aparecen, se cruzan, se enredan y a veces desaparecen toda suerte de personajes y lugares, desde él mismo, niño, adolescente y adulto -aprendiz aventajado de escritor-, hasta Jorge Luis Borges, el amigo que para Bioy fue «la literatura viviente», y Silvina Ocampo, con quien los dos compartían la misma pasión por los libros, pasando por el bull-dog Firpo, familiares, estancieros, gentes del campo, habitantes de un Buenos Aires parisino y mundano, escritores vivos y muertos, conocidos y por conocer, libros, muchos libros, revistas literarias, transatlánticos, hoteles, editores, ciudades. Al lector le invade la fascinante sensación de que, en realidad, vida y obra transcurren a espaldas una de otra, como si se tratara de dos personas : el narrador que cuenta y el personaje que es contado. Mediante la magia de la escritura, la vida se convierte en obra, en literatura, en estas memorias.
Nació en Buenos Aires en 1914 y murió en 1999. En 1940 apareció La invención de Morel, que hoy es ya un clásico de la literatura contemporánea. Es autor de novelas, libros de cuentos, misceláneas curiosas, artículos de crítica literaria y un Diccionario del argentino exquisito. En 1990 fue galardonado con el Premio Cervantes. Tusquets Editores ha publicado de él los siguientes títulos: Los que aman, odian, Una muñeca rusa, La invención y la trama, El lado de la sombra, Un campeón desparejo, Memorias y Una magia modesta (Andanzas 101, 140 –y Fábula 16–, 142, 152, 198 –y Fábula 103–, 210 y 328). Asimismo, el ensayo Bioy Casares a la hora de escribir (Ensayo 2) y una colección de magistrales crónicas viajeras: En viaje (Marginales, 162).