A lo largo de su muy dilatada y viajera vida, Adolfo Bioy Casares fue recogiendo en
cuadernos, o lo que tuviera a mano, versos breves y fragmentos en prosa, frases
leídas u oídas que, por una razón u otra, le han impresionado, hecho
reflexionar, inspirado o simplemente hecho reír. Las hay muy breves junto a
otras más largas, y van todas entremezcladas: las de autores célebres con las
de genios anónimos, las de personajes famosos con las de ilustres desconocidos,
como si, para él, tuvieran todas la misma importancia. Tal como las presenta a
sus lectores, aparecen como una caja de resonancias en las que se funden todas
las voces en una sola, para devolvernos, como en una caracola, el esprit del propio Bioy.
A continuación algunas de esas perlas del maligno ingenio
humano:
• Nadie tiene derecho
a perdonar. (El ayatolá Jomeini, pidiendo la pena de muerte para
600 conspiradores en julio de 1980)
• Así lloró en la
celda el pobre parricida. (Cita muy celebrada por Borges)
• Antes te soñaba,
ahora no me dejás dormir. (Inscripción en un camión) [Pensé que el
autor se dirigía a una mujer; se dirigía a su camión.]
• Aquí me tiene, con un huevo más largo que
otro. (Expresión facilitada por Leopoldo
Torres Nilson)
• «Ah, sire, el cambio
es el mejor afrodisíaco», dijo Luis XV a su médico.
• ¿Morir, querido
doctor? Eso es lo último que haré. (Ultimas palabras de Lord
Palmerston)
• En el futuro, todos tendrán sus cinco minutos de fama. (Andy Warhol)
Nació en Buenos Aires en 1914 y murió en 1999. En 1940 apareció La invención de Morel, que hoy es ya un clásico de la literatura contemporánea. Es autor de novelas, libros de cuentos, misceláneas curiosas, artículos de crítica literaria y un Diccionario del argentino exquisito. En 1990 fue galardonado con el Premio Cervantes. Tusquets Editores ha publicado de él los siguientes títulos: Los que aman, odian, Una muñeca rusa, La invención y la trama, El lado de la sombra, Un campeón desparejo, Memorias y Una magia modesta (Andanzas 101, 140 –y Fábula 16–, 142, 152, 198 –y Fábula 103–, 210 y 328). Asimismo, el ensayo Bioy Casares a la hora de escribir (Ensayo 2) y una colección de magistrales crónicas viajeras: En viaje (Marginales, 162).