Sin abandonar esa voz inconfundible que lo ha convertido en un poeta de
referencia en la poesía española actual, Antonio Colinas se interna, en Desiertos
de la luz, por nuevos caminos que lo
conducen a una mayor austeridad y despojamiento. Más que nunca, el autor viaja
«hacia el centro de los centros» para traer «como ofrenda, como paloma ardiente
/ sólo unas pocas brasas»: los poemas.
Si en la primera parte, «Cuaderno de la vida», prevalecen el mundo
real y la anécdota, en la segunda, «Cuaderno de la luz», todo se desnuda en
busca de las esencias, de la universalidad de la vivencia humana, y los
símbolos se adueñan por completo de los poemas. Los versos se desprenden de
adornos, se quiebran y desgarran hasta tornarse imágenes fragmentarias, puros
fogonazos de conocimiento.
Así, Colinas conduce al lector hasta un mundo donde se unen, en
plácida armonía, presente y pasado, música y silencio: en última instancia,
Oriente y Occidente. Surge al paso el anhelo de la luz más pura, desnuda, esa luz que a veces sólo se
encuentra en lo más oscuro. Y, por doquier, fluye la música, que, de Händel y
Glenn Gould al canto de la naturaleza y de las piedras, va depurándose hasta
convertirse en una melodía primordial, «que arde / sin consumirse, que por
siempre embriaga».
INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA
La poesía de Antonio Colinas, de lenta y pausada gestación, se destaca en el panorama de la poesía actual justamente por eso: por haber ido paso a paso, porque el poeta la ha dejado crecer sin forzarla... Lúcidamente
la lleva consigo. No se perderá.
María Zambrano
Alejandro López Andrada
Antonio Colinas es, hoy por hoy, el mejor poeta español vivo. Sin duda, este nuevo poemario tiene una altura difícil de superar. Antonio Colinas ya es, por méritos propios, un clásico de la Literatura Española.
29/04/2008 · Villanueva del Duque