El gozo intelectual: desde el estimulante título se intuye que no es éste un ensayo al uso
sobre el farragoso tema de cómo se adquiere nuevo conocimien-to. Y no, no lo
es: como las demás obras del autor dista tanto del fárrago como de los usos
trillados por el pensamiento científico. En la primera parte, «la teoría»,
Wagensberg erige un sólido esquema conceptual: empezando por los cimientos de
las definiciones de los términos fundamentales –estímulo, conversación,
comprensión–, que a su vez delimitan las fases de la adquisición de
conocimiento y sus «gozos mentales» asociados, hasta alcanzar la noción clave,
que cierra y sustenta el edificio, la de gozo intelectual, «el que ocurre en el
momento exacto de una nueva comprensión». Este concepto, «largamente intuido y
vivido», condensa y cifra una sospecha –que es también una esperanza–, la de
que no hay conocimiento verdadero sin gozo. Completan esta parte unas
sustanciosas reflexiones críticas en las que el autor aplica el esquema
conceptual a los campos de la creación y la educación, destilando la elegancia
y la finezza de quien lleva más de
treinta años en la brega.
En la segunda parte, «la práctica»,
se recogen sesenta y tres artículos –«historias y reflexiones del quehacer
diario de un científico»– agrupados en siete familias. En estos textos surgen
el estímulo, la conversación, la comprensión y la intuición en una gran
variedad de casos y situaciones: viajes y cenas, lecturas y conferencias…,
cualquier circunstancia puede ser propicia para el gozo intelectual. Historias
vívidas y vividas, preñadas de humor y erudición, en las que anécdotas y
reflexiones se enriquecen mutuamente en un juego especular que hará las
delicias del lector más avisado.
INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA
Wagensberg es un científico con vocación de humanista que provoca aquella reveladora emoción que para Aristóteles denotaba el inicio de la filosofía: la admiración
Manel García, El Periódico
Sobre La rebelión de las formas
Un libro altamente inteligible, bello y extraordinario.
Javier Sampedro, El País
Una pequeña joya que merece ser muy sinceramente recomendada
José Luis Jiménez-Frontín, La Vanguardia
Igual que los aforismos, Wagensberg logra, con un texto seductor, que la inteligibilidad del mundo sorprenda y emocione.
Oriol Saladrigas, El Periódico
Sobre A más cómo, menos por qué
En esta obra se encuentran tantos, tan buenos y tan breves aforismos, como para hacer dudar al más convencido de que las buenas ideas pueden ser también rematadamente complicadas y difíciles o incluso, a veces, imposibles de resumir.
José Manuel Sánchez Ron, El País
A más Wagensberg, menos aburrimiento.
Javier Cuervo, La Nueva España
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