Un buen día aparece estacionado en una calle de la ciudad un Chevrolet amarillo de los años cincuenta. En ese coche vive Jacinto Bustillo, un indigente hosco y harapiento que despierta las suspicacias de los vecinos. Uno de ellos, llamado Eduardo Sosa, decide averiguar quién es Jacinto y cómo ha llegado a esa situación. Quizá por la soledad que lo rodea, el indigente acaba resignándose a la compañía de Eduardo Sosa y le permite inmiscuirse en sus miserables jornadas y averiguar cómo se gana la vida. Pero, de pronto, Jacinto muere degollado en el curso de una reyerta. Del interior del Chevrolet emergen entonces unas peligrosas serpientes que, sumidas en un frenesí de destrucción, siembran el terror en un crescendo imparable que tendrá en vilo a toda la ciudad y traerá de cabeza al subcomisionado de policía Lito Handal y a la reportera Rita Mena.
INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA
La sirvienta y el luchador
Novelista cambiante, con La sirvienta y el
luchador ha escrito un relato de velocidad
pasmosa y energía simenoniana sobre los
lados oscuros, que son muchos, de la historia
centroamericana reciente.
JUAN GABRIEL VÁSQUEZ, LA VANGUARDIA
La sirvienta y el luchador
Uno de los escritores más sólidos de
Iberoamérica que posee una voluntad
de estilo tan potente como original. En
La sirvienta y el luchador Castellanos Moya
demuestra por qué también es uno de los
escritores más auténticos de Centroamérica.
DIEGO GÁNDARA, LA RAZÓN
La sirvienta y el luchador
Si la violencia se pudiera mascar, el lector
terminaría La sirviente y el luchador sin una
pieza dental. Un prodigio de novela, donde
no sobra ni falta una sola palabra. El don
de narrar con la exactitud del maestro.
ANDRÉS PAU, LEVANTE
«Basta con asomarse, durante unas líneas, no más, a su prosa implacable para saber que aquí desenfunda, desde lo más profundo de las pesadillas centroamericanas, un escritor de raza.»
Marga Nelken, El Mundo