Edgardo
Vega, tras dieciocho años de exilio voluntario en Canadá, se ve obligado a
regresar a El Salvador para acudir al entierro de su madre. Ya el viaje, «una
espeluznante travesía», se le hace insoportable, sus compatriotas le resultan
repulsivos y provocan en él un estado de ansiedad que no le abandonará hasta
que se marche. Todo esto se lo cuenta de manera torrencial a Moya, antiguo
compañero de colegio, con quien queda durante su estancia para tomar unas
copas, y el cual reproducirá posteriormente el salvaje monólogo de Vega. El
Salvador le resulta a Vega despreciable, arremete contra todo: Iglesia,
educación, política y políticos, su propia familia..., y vomita sus críticas de
forma categórica, hasta el punto de identificarse con Thomas Bernhard.
Para Castellanos Moya escribir El asco fue una «descarga. Una descarga
de frustración», después de que, finalizada la guerra civil, viera desbaratados
los proyectos en los que se embarcó para lograr una transición democrática que
lograra transformar la sociedad salvadoreña.
INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA
Sobre Desmoronamiento
Tal vez el mejor de los libros de
Castellanos Moya... Su humor ácido
amenaza la estabilidad hormonal de los imbéciles, quienes al leerlo sienten el deseo irrefrenable de colgar en la plaza pública
al autor. La verdad, no concibo un honor
más alto para un escritor de verdad.
Roberto Bolaño, Entre paréntesis