La pregunta ¿qué sentido tiene la vida ?, monopolizada por la filosofía y las grandes religiones, ha abandonado la esfera pública y se ha convertido en una cuestión íntima y privada. Y el hombre, que se enfrenta ya en solitario a la complejidad de la vida (la muerte, el amor, el deber, por no hablar de cuestiones candentes como la manipulación genética), reacciona de dos maneras : o bien humanizando lo divino —tendencia que caracteriza desde el siglo XVIII a todo el laicismo europeo y contra la que lucha la jerarquía católica—, o bien divinizando lo humano —idea que se desprende de movimientos tales como la bioética y el humanitarismo— ¿Nos hallamos, pues, ante el advenimiento del hombre-Dios ?
Boris Vian nació en Ville d’Avray en 1920 y murió en París en 1959. Ingeniero, cantante, trompetista, inventor, locutor, escenógrafo y traductor, vivió casi con furor sus cortas, inquietas e intensas vidas paralelas, todas ellas en el efervescente escenario parisino de la posguerra, donde frecuentó tanto los grupos existencialistas más sesudos –como el de la revista Les Temps Modernes, dirigida por Jean-Paul Sartre–, como las caves de jazz, donde tocaba y desde las que escribía sus crónicas para Hot Jazz. Cultivó también la poesía, el cuento y el teatro, pero son sus novelas las que le hicieron mundialmente conocido. Tusquets Editores ha publicado sus novelas Que se mueran los feos, El lobo-hombre, El otoño en Pekín, La hierba roja y El arrancacorazones. Inencontrable en el mercado en lengua española, presentamos ahora A tiro limpio, uno de los títulos más representativas del universo de Boris Vian, en una nueva y magistral traducción, precisamente cuando se celebra el cincuentenario de la muerte de este genial escritor.