Los inolvidables personajes de Joël y Citroën fueron creados por Boris Vian a la medida del estremecedor delirio al que él cree que suelen conducir por un lado la dominación materna y, por el otro, el inevitable conflicto entre la vida autónoma, secreta de la infancia y la tiranía de la familia y la presión social. También se sirve del siniestro Jacquemort, un psicoanalista en busca de pacientes, para satirizar tanto el enloquecido mundo de los llamados cuerdos como el psicoanálisis y el comportamiento existencialista, tan en boga en aquellos años. Es precisamente en el ciclo de novelas escritas entre 1947 y 1953, al que pertenece El arrancacorazones, en el que Vian parece haberse asentado en un universo que le es finalmente propio, en un mundo de fábula poética cargada de fantasía, pero también de tensión y violencia, en la que la experiencia de los niños desafía los valores de los adultos.
Boris Vian nació en Ville d’Avray en 1920 y murió en París en 1959. Ingeniero, cantante, trompetista, inventor, locutor, escenógrafo y traductor, vivió casi con furor sus cortas, inquietas e intensas vidas paralelas, todas ellas en el efervescente escenario parisino de la posguerra, donde frecuentó tanto los grupos existencialistas más sesudos –como el de la revista Les Temps Modernes, dirigida por Jean-Paul Sartre–, como las caves de jazz, donde tocaba y desde las que escribía sus crónicas para Hot Jazz. Cultivó también la poesía, el cuento y el teatro, pero son sus novelas las que le hicieron mundialmente conocido. Tusquets Editores ha publicado sus novelas Que se mueran los feos, El lobo-hombre, El otoño en Pekín, La hierba roja y El arrancacorazones. Inencontrable en el mercado en lengua española, presentamos ahora A tiro limpio, uno de los títulos más representativas del universo de Boris Vian, en una nueva y magistral traducción, precisamente cuando se celebra el cincuentenario de la muerte de este genial escritor.