Demos la palabra al propio Bergman : «Todo ocurre entre un sábado y un domingo de finales de julio, y creo que el niño, Pu, tiene entonces unos ocho años. La familia veranea en una casa con bellísimas vistas sobre campos de brezo, un río y bosques. Son muchos : además de sus padres, están Maj (que cuida de los niños y por la que Pu siente un cariño especial), la vieja cocinera Ellen y una joven amiga de la familia llamada Marianne (de quien está enamorado). Pero es a la hermosa madre a quien Pu quiere por encima de todo, aunque la suya sea una relación compleja. En cambio, al niño le cuesta hacer frente a los repentinos cambios de humor y a la inexplicable brutalidad de su padre. Pese a todo consigue reconciliarse, lo cual les cuesta mucho a los dos. (…) Los padres se pelean con frecuencia. Pero también hay amor, además de tristeza y lágrimas.( …) Para mí estas historias son reales. No me siento capaz de diferenciar lo que en general se considera "normal" de lo que son mis propios sueños y fantasías.
Ingmar Bergman nació en
Upsala en 1918. Autor de una obra cinematográfica que por sí sola le garantiza
un lugar de honor entre los grandes creadores de nuestro tiempo, sus
inquietudes han encontrado también expresión en otras formas artísticas:
director de teatro, guionista, escritor de ficción, memorialista (su obra
literaria está publicada en Tusquets Editores). Galardonado, entre otros
reconocimientos públicos, con cuatro Oscars y la «Palma de
Palmas» de Cannes, su longevidad creativa –sesenta años haciendo películas–
resultaría sólo excepcional si no fuera, además, acompañada de una intensidad y
coherencia tan deslumbrantes como su propia vida. La lista de películas que han
dejado su impronta en la historia del cine resultaría interminable: de Fresas salvajes a Fanny y Alexander o Persona;
y, de hecho, el estreno de Saraband, una
continuación de Secretos de
un matrimonio, parece indicar que el listado de obras maestras todavía no
está cerrado.