Ésta es la compleja historia de amor vivida por Henrik Bergman, joven estudiante de teología, y Ånna Akerblom, hija única de una familia acomodada de Upsala. Naturalmente ya los hemos reconocido : se trata de los padres de Ingmar Bergman. La historia de Henrik y Anna empieza en 1909, durante la gran huelga, y termina diez años después, cuando el joven estudiante ya se ha convertido en pastor, y su esposa -en un mundo lleno a la vez de luz y tinieblas- espera su segundo hijo. Este niño es el mismo que ahora intenta comprender al padre sombrío y represor y a la madre resignada y conciliadora en los primeros años de lo que pasaría a ser una relación familiar dolorosa y conflictiva. La prosa, liberada ya de su autobiografía, fue adquiriendo tal entidad propia, tal vigor narrativo, que Bergman terminó por convertirla, como observa un célebre crítico de su país, en « una historia de amor innovadora que se incorpora con todos los honores en la historia de la literatura sueca».
Ingmar Bergman nació en
Upsala en 1918. Autor de una obra cinematográfica que por sí sola le garantiza
un lugar de honor entre los grandes creadores de nuestro tiempo, sus
inquietudes han encontrado también expresión en otras formas artísticas:
director de teatro, guionista, escritor de ficción, memorialista (su obra
literaria está publicada en Tusquets Editores). Galardonado, entre otros
reconocimientos públicos, con cuatro Oscars y la «Palma de
Palmas» de Cannes, su longevidad creativa –sesenta años haciendo películas–
resultaría sólo excepcional si no fuera, además, acompañada de una intensidad y
coherencia tan deslumbrantes como su propia vida. La lista de películas que han
dejado su impronta en la historia del cine resultaría interminable: de Fresas salvajes a Fanny y Alexander o Persona;
y, de hecho, el estreno de Saraband, una
continuación de Secretos de
un matrimonio, parece indicar que el listado de obras maestras todavía no
está cerrado.