El libro del reloj de arena, publicado en Alemania en 1957, es,
pues, una obra excepcional dentro de
la producción de Jünger. Una
reflexión sabia y hermosa, no exenta de melancolía, sobre el sentido del tiempo.
Pero dejemos que el propio Jünger nos introduzca en la naturaleza de esta
reflexión: «Quien vive inmerso en este altivo mundo de titanes, en sus goces,
en sus ritmos y peligros, puede conseguir grandes cosas, pero no es capaz de
juzgarlas. (…) En este sentido, el reloj de arena es un buen punto de apoyo
para la crítica del discernimiento, una adición sedante a nuestro mundo
vertiginoso, una adición anterior a Copérnico, pero aún más relevante si
tenemos en cuenta que nos hallamos en un terreno que separa la doctrina de
Copérnico de un nuevo concepto del tiempo y del espacio».