Es
en este contexto que Samuel Ruiz en San Cristóbal nos revela por vez
primera, desde hace ya poco más de seis años que surgió el levantamiento
armado, una vertiente que hasta hoy había sido poco explorada. La historia del actor
eclesiástico católico, actor colectivo y proteico, singular y plural es el
punto medular del libro, en el que Jean Meyer comienza por desarrollar la
incidencia de las personas en la Historia; en concreto, el de las llamadas
“personalidades” o “grandes personajes”. No se puede negar su influencia,
escribe Meyer, pero recurrir a esta sola explicación sería oscurecer la verdad.
“Sabemos muy bien que las personalidades más relevantes jamás han escapado a la
influencia de las condiciones dadas e impuestas por las circunstancias”. Hasta
qué punto esas condiciones, esos procesos, escapan al control del individuo,
por influyente éste que sea, se puede advertir en nuestra historia nacional y
también en la de la diócesis de San Cristóbal, explica el historiador. ¿Cuánto
es atribuible al hombre y cuánto a la contingencia e incluso al accidente
histórico? ¿Qué se debe al notable individuo que encabezó la diócesis entre
1960 y 1999? Meyer responde a estas interrogantes en un contexto histórico.