Un encuentro nos da a conocer a un Kundera, en cierto modo, inédito. En efecto, aunque el autor reflexione, como confiesa al principio del libro, sobre sus«viejos temas existenciales y estéticos», lo cierto es que en este apasionado -yapasionante- «encuentro» con algunas obras maestras de la literatura, la música y la pintura, el escritor checo aborda cuestiones hasta ahora poco o nadatransitadas en sus libros anteriores.
Así, explora lo que la novela -y sólo la novela, esa «sonda existencial»- puedeexplicar sobre el ser humano, e indaga asimismo en las repercusiones, nosiempre negativas, que el exilio tiene para el creador (con una emocionantecomparación entre las dos Primaveras del 68, la de París y la de Praga). También desentraña el papel de la memoria ante las tragedias del siglo XX y habla de lalucha desesperada del verdadero artista por asumir lo mejor de la tradición de suarte (con una irónica pregunta sobre lo que la posteridad conserva finalmentede los autores). Por último, sostiene que sólo un análisis a fondo de lacomposición formal de una obra revela las intenciones estéticas de su autor (y lodemuestra con un breve y fascinante ensayo dedicado a Kaputt y a la quecalifica de genial «archinovela», La piel, de Curzio Malaparte).
Milan Kundera nació en Brno (República Checa) en 1929. En su lengua materna escribió, en estricto orden cronológico, el volumen de cuentos El libro de los amores ridículos y las novelas La broma, La vida está en otra parte, La despedida, El libro de la risa y el olvido, La insoportable levedad del ser y La inmortalidad. Ya en francés, las novelas La lentitud, La identidad y La ignorancia; la obra de teatro en tres actos Jacques y su amo. Homenaje a Denis Diderot; y cuatro ensayos: El arte de la novela, Los testamentos traicionados, El telón y Un encuentro.