Pío Baroja cedió continuamente a la tentación
de verter en su extensa obra opiniones, juicios y sentencias sobre una variedad
de asuntos tan amplia (ciudades y libros, autores y corrientes filosóficas)
como su insaciable curiosidad. Miguel
Sánchez Ostiz se ha encargado de seleccionar estos fragmentos, cuidando
siempre de no descontextualizarlos, pero asombrándose él mismo, a medida que
avanzaba en su trabajo, de la agudeza, perspicacia y actualidad de este
prolífico autor de la generación del 98.
Sánchez Ostiz ha querido ir más allá de una
simple recopilación de textos, y por ello ha planteado el libro como un original breviario, ordenado
alfabéticamente, cuyas voces han sido elaboradas a partir tanto de la obra de
ficción como de las memorias y ensayos. De estas «entradas» afirma que son
«voces diversas, opiniones contundentes y sentimentales, retratos apasionados o
al vitriolo, sentencias, ideas recurrentes, obsesivas, que dan la medida de la
complejidad del pensamiento de Pío
Baroja, más hecho de curiosidades varias y matices que de convencionales
lugares comunes, de ideas a contrapelo que de conveniencias sociales. El breviario es una incitación a recorrer el vasto mundo barojiano, las páginas
menos frecuentadas y por lo mismo menos tópicas que siguen conservando toda su
frescura, la de quien no tuvo otro norte que el de ser, cuando menos, sincero».
INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA
Pío Baroja nació en
San Sebastián en 1872. Estudió Medicina en Madrid y Valencia, y en 1900 publica
su primer título. Dedicado desde entonces a la literatura, Baroja construye un
mundo narrativo heterogéneo, en el que convergen la crónica histórica y política,
los ambientes proletarios del Madrid finisecular o la epopeya de los navegantes
vascos. Durante la guerra civil, Pío Baroja se refugió en París; regresó a
España en 1940, decidido a seguir escribiendo en un deliberado aislamiento.
Murió en Madrid en 1956.