El paleontólogo Jordi
Agustí, consciente de las inquietantes consecuencias de las extinciónes en masa en la Tierra, decidió reunir en Barcelona, el
26 y el 27 de marzo de 1993, en el Museu de la Ciència de la Fundació ”la
Caixa”, a seis especialistas en la materia, para, por un lado, debatir sobre la
«Dinámica de las extinciones en la biosfera» y, por otro, informarnos con
seriedad y, cómo no, alertarnos de ciertos peligros. De ese encuentro nace este
libro.
Los medios de comunicación se han visto poblados de
terribles imágenes de tremendas erupciones volcánicas, explosiones de
supernovas o de la caída de inmensos meteoritos que han excitado el componente
morboso que todo ello conlleva culturalmente. Y el científico comprometido en
la investigación de esos fenómenos aparece como el detective que trata de
desentrañar un crimen cometido hace millones de años.
Pero un análisis en profundidad del problema revela que,
aunque nadie duda ya de que sucesivas catástrofes de magnitud variable han
provocado reorganizaciones masivas de la biosfera, existe un amplia diversidad
de causas (que no excluye, desde luego, la caída de meteoritos) a las que
corresponde un amplio abanico de efectos. ¿Es
posible llegar a detectar una lógica común a todas las extinciones? ¿Existe
un comportamiento semejante en la biosfera cada vez que se produce una
extinción en masa? En otras palabras, ¿existen
unas «reglas de juego de la extinción»?
Las intervenciones de los paleontólogos E.G. Kauffman (Universidad de Colorado), M.J. Benton (Universidad de Bristol) y D. Jablonski (Universidad de Chicago), del conocido ecólogo español R. Margalef (Universidad de Barcelona), del paleontólogo K. Kowalski (Academia Polaca de las Ciencias), del conservador del Museo Nacional de Historia Natural de Washington D.H. Erwin (Smithsonian Institution) y del propio Jordi Agustí, reunidas en La lógica de las extinciones, nos iluminan con creces acerca de su preocupación, que, por cierto, dada la gravedad de la situación, ha conseguido despertar la atención de políticos y hasta de organismos como la NASA.