Octubre de 1977. En un viejo caserón
de maderas nobles situado en una apartada playa próxima a La Habana, las
mujeres de la familia Godínez atrancan puertas y ventanas y se preparan para la
llegada de un huracán que se anuncia devastador. En el viejo bungalow, que
disfrutan como herencia inesperada del doctor Samuel O. Reefy todos los que
estuvieron a su servicio, conviven varias generaciones: la anciana criada
Mamina, que escapó de la semiesclavitud, Andrea, y su callada pérdida de
algunos hijos, el Coronel Jardinero, patriarca que cuida de los animales
domésticos, Olivero y su pasado de vividor, el tío Mino, prendado del jazz... y
los jóvenes, que maldicen la ciudad y la playa en que viven pero miran al norte
como la Tierra Prometida. Detenidas en apariencia, a la espera permanente de
que algo (terrible o benéfico) suceda, esas vidas arrastran sin embargo oscuras
tragedias, renuncias y secretos que saldrán a relucir con el paso del ciclón.
Será la joven Valeria quien, treinta años después, reconstruirá los sucesos de
esos días de octubre desde su apartamento del West Side neoyorquino, mientras
contempla cómo la nieve cubre el Hudson. Y recordará cómo vio a su primo, un
jovencísimo y determinado Jafet, aprovechar la calma que precedía a la tormenta
y embarcarse en un viejo bote, el Myflower,
para huir de la isla rumbo al Norte.
Como una tragedia sostenida en un
ritmo absorbente, como una magnífica evocación de unos personajes que encarnan
parte de la historia de un país, El navegante dormido cierra el ciclo de las
tres novelas de uno de los narradores más potentes y originales de la narrativa
hispánica.
INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA
Sobre Tuyo es el reino
Una exhibición torrencial y sumamente ambiciosa de cómo crear mitos en la
estela del realismo mágico.
Jon Gareick, The New York Times
Una primera novela de una inventiva exuberante... una fascinante demostración
de maestría literaria de un nuevo pero
ya consumado novelista.
Kirkus Review
Una primera novela que abre nuevos caminos literarios, como lo hicieron Paradiso y
Cien años de soledad.
Robert Saladrigas, La Vanguardia
Un cataclismo verbal, un terremoto magnífico, una epifanía literaria.
Miguel García-Posada, El País
Un auténtico derroche de facultades. Revela la firmeza y soltura de un relato de impresionante potencia fabuladora hecho sin vacilaciones, con un dominio y desparpajo completos.
Santos Sanz Villanueva, El Mundo
Sobre Los palacios distantes
Una novela profundamente subversiva...
El Tirano es inmortal, pero no es menos la capacidad del hombre de levantar palacios distantes, fantásticos, al abrigo de la realidad, sobre todo cuando un escritor se convierte
en el excelente arquitecto de su paraíso reencontrado.
Raphaël Rérolle, Le Monde
Una obra desolada y hermosa, llena de poesía radical, que corrobora el talento de uno de los mejores narradores latinoamericanos de la hora presente.
Miguel García-Posada, Abc
Sobre El navegante dormido
Una novela ambiciosa, espectral, de una hermosura infausta
Manuel Gregorio González, Diario de Sevilla
Un paradigma de precisión compositiva. Con la misma exuberancia en los planos narrativos de su primera novela, Estévez trabaja su libro con exquisito tacto literario. Los personajes nos saben a verdad humana. Y cuando son literarios nos saben a verdad literaria. El navegante dormido es también la crónica doliente de la desaparición de un modo de vivir y entender la vida de la Cuba de antes de la Revolución. Estévez no tuvo que escribir ningún panfleto para desnudar la impostura ideológica de un régimen siniestro como el castrista. Le bastó en este título la ficción más luminosa para gobernar con calado estético la nostalgia no por algo que nunca se tuvo, sino por todo lo que se perdió.
J.E. Ayala-Dip, Babelia de El País
Excelente contador de historias, Estévez narra un rompecabezas en el que cada pieza o personaje acaba encajando y cobrando sentido.
Joaquín Marco, El Cultural de El Mundo
Pertrechado de una insólita sabiduría narrativa y con una loca simplicidad en el fraseo, Estévez da carpetazo a una personalísima visión de la ciudad que debe mucho a José Lezama Lima, de quien recoge una memoria hipertrófica, y a Alejo Carpentier, de quien aprendió el arte de contar y de hacer valer lo que se cuenta por el orden exacto de las palabras. Estévez se afirma como un creador de un universo temporal propio en el que cohabitan con holgura el argumento y su digresión y la pura narratividad cercana a la oralidad, hallando así la fórmula exacta para que el lector no quiera acabar su lectura.
Ricardo Baixeras, El Periódico
El tiempo se detiene para dar paso a una serie de relatos entretejidos, un mosaico de voces, recuerdos y nostalgias que, mediante pequeñas pinceladas, sirven al autor para reconstruir la historia cubana del siglo XX.
Miguel Artaza, El Correo Español
Abilio Estévez (La Habana, 1954) reside en la actualidad en Barcelona. Se licenció en lengua y literatura hispánicas y cursó estudios de filosofía en su ciudad natal. Ha escrito tres magníficas novelas unánimemente aclamadas por la crítica y traducidas a más de ocho idiomas: Tuyo es el reino (Andanzas 317 y Fábula 257), merecedora del Premio de la Crítica Cubana 1999 y del Premio al Mejor Libro Extranjero 2000 en Francia, Los palacios distantes (Andanzas 485), seleccionada por La Vanguardia como Libro del año en 2004, y El navegante dormido (Andanzas 659), a las que le ha seguido El bailarín ruso de Montecarlo (Andanzas 726). Es también autor de Inventario secreto de La Habana (Andanzas 557), del volumen de cuentos El horizonte y otros regresos (Andanzas 348), de las prosas poéticas Manual de tentaciones (Marginales 179) –ganadoras del Premio Luis Cernuda 1986 y del Premio de la Crítica Cubana 1987–, y de varios textos teatrales, entre ellos los monólogos Ceremonias para actores desesperados (Marginales 220).